TERMINA EL TIEMPO DE CUARESMA – COMIENZA EL TRIDUO PASCUAL
Jueves santo en la cena del Señor, 28 de marzo
Is 61, 1-3a. 6a. 8b-9. El Señor me ha ungido y me ha enviado para dar la
buena noticia a los pobres, y darles un perfume de fiesta.
Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Ap 1, 5-8. Nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios Padre.
Lc 4, 16-21. “Jesús… se levanta de la cena, se quita el manto… y se pone a lavarles los pies a los discípulos…”.
Ya te faltan palabras para expresarme tu amor y vas a los gestos, antes de instituir la eucaristía y el sacerdocio, me manifiestas tu amor haciéndote mi esclavo, y me lo explicas con mejores palabras de las que yo pudiera decir: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis». Me das la gran lección de la noche para hoy y para siempre, es decir, que si quiero ser tu discípulo he de hacer a los demás lo que tú acabas de hacer conmigo y convertirme en lavador de pies para los demás, sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del amor fraterno.
El Párroco
Miércoles santo, 27 de marzo
Is 50, 4-9a. No escondí el rostro ante ultrajes.
Sal 68. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor.
Mt 26, 14-25. El Hijo del hombre se va como está escrito; pero, ¡ay de aquel por quien es entregado!
Señor, que yo que he comido y bebido contigo, que he oído tus palabras y visto tus signos, que me has llamado y me has hecho tú amigo, que he vivido a tu lado, ¡pudiera traicionarte!, que nunca lo haga, Señor, y si lo hiciera alguna vez, pues soy débil, que me arrepienta y llore como Pedro. ¡Que lástima de Judas! Pero Judas puedo serlo yo si tú, Señor, me sueltas de la mano. “Madre, mírame siempre y llévame cerca de él, pues ahí, con él , a su lado, quiero quedarme” para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes santo, 26 de marzo
Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance
hasta el confín de la tierra.
Sal 70. Mi boca contará tu salvación, Señor.
Jn 13, 21-33. 36-38. “En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar”.
Hoy, el evangelista, me cuenta la predicción de dos grandes traiciones, y podría narrar las mías, ¡han sido tantas! Esta, que es la de judas y que acabo en desesperanza y, la de Pedro, al que le advertiste que no cantaría el gallo antes que él te negara… y que acabo en llanto de amor y arrepentimiento. Y es que, como tú mismo me dices: “el espíritu está pronto pero la carne es débil”. Señor, que esté siempre atento a ti, que tenga frecuentes momentos de oración, y te pido me des “espíritu de oración”, así seré fuerte y perseverante, y, a pesar de mi, contaré con tu gracia, y es que “aunque yo quiera serás tú quien pueda hacerme fuerte”, y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes santo, 25 de marzo
Is 42, 1-7. No gritará, no voceará por las calles.
Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.
Jn 12, 1-11. “«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselo a los pobres?». Esto lo dijo… porque era ladrón; y cómo tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando…”.
¡Ay Judas, Judas! Que lástima da seguir al Maestro pero reservarte parte de tu corazón, te pudo más tu codicia que tu amor a Jesús, te ibas, para por dios acaso, haciendo un pobre pecunio, pues no seria mucho lo que echaban en la bolsa, para, por si acaso fallaban tus expectativas, y esa falta de total entrega, te llevo a la total traición, ¡ay si hubieras llorado, otro gallo hubiera cantado! Señor, que te ame, que no me reserve nada, que todo yo sea para ti y solo para ti, pues es la única forma de ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Mc 11,1-10: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”.
Comienza tu Semana de amor, Señor. Hoy, en la celebración, me encuentro con dos evangelios, este, en el que entras humildemente en Jerusalén, es tu meta, allí vas a cumplir totalmente la voluntad del Padre que es la de amarnos, amarme, sin medida, y vemos que hasta los niños te alaban: ¡bendito!, y, después, del mismo evangelista, tu pasión.
Esta es la gran paradoja y la vergüenza del hombre, la mía, mi volatilidad, frente a tu fidelidad. Los mismo que te alababan, días después, piden tu crucifixión. ¿No lo hago, también yo, con mi conducta, muchas veces? Tú, con palabras, gestos, signos, y, sobretodo, con tu vida, manifestado tu gran amor hacia mí y yo, a veces, mirando para otro lado. Señor, que no sea tan voluble, que te ame hoy y siempre, y que, como tu madre, me encuentre siempre junto a ti, aunque sea al pie de la cruz, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
Sábado
23/mar
La Cuaresma: Subir con Jesús a Jerusalén para reunir a todos
los hombres.
Ez 37, 21-28. Los haré una sola nación.
Salmo: Jer 31, 10-13. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Jn 11, 45-57. ”¿Qué
hacemos? Este hombre hace muchos signos, si lo dejamos seguir, todos creerán en
él.”
Y, un poco más adelante, me dice Juan que:”aquel día decidieron darle muerte”. Así es, Señor, no quieren ni oír hablar de ti, sobre todo, porque tú conducta les muestras su maldad, la dureza de sus corazones, y todo porque haces muchos signos, y en lugar de ver en ti la mano de Dios, deciden quitarte la vida. Todo hubiese sido distinto si hubieras dejado de hablar del reino de Dios y si hubieras dejado de hacer los signos, pero no podías porque esa era tu misión: hablar del amor a Dios y al prójimo con signos, gestos y palabras, y lo hiciste hasta el último suspiro de tu vida: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Gracias, Señor, por no cejar en tu empeño, por hablarme de amor y darme amor, por enseñarme que Dios es tu Padre y el mío. Por decirme que yo he de amar con el “único amor” a Dios y al prójimo, y por enseñarme que “el amor es más fuerte que la misma muerte”, y que la vida no termina aquí. En definitiva, gracias por hacerme ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 22/mar
La Cuaresma: El Señor está con nosotros.
Jer 20, 10-13. El Señor es mi
fuerte defensor.
Sal 17. En el peligro
invoqué al Señor, y él me escuchó.
Jn 10, 31-42. “Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi
Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?”
La disputa con los listillos de la ley, los que se creían saber de Dios, se hace insostenible, en unos cuantos días veré el resultado. Otros, los sencillos, si creen en ti, pero los que tienen todo el saber de Dios no pueden tolerar que tú, el hijo de un carpintero, les des lecciones, son ellos los que tienen todo el saber y lo tienen escondido para ellos y no lo dan a conocer, ni quieren que los demás lo conozcamos. Ya no les importa ninguna obra ni signo que les muestres, sólo acabar contigo no sea que muchos te sigan. Señor que yo crea en ti, te amé y te siga. Que no quiera más título que el de ser tu discípulo, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día
El Párroco
Jueves
21/mar
La Cuaresma: Guardar la palabra es no conocer la muerte.
Gen 17, 3-9. Serás padre de muchedumbre de pueblos.
Sal 104. El Señor se
acuerda de su alianza eternamente.
Jn 8, 51-59. “.En verdad os digo: quien guarda mis palabras no verá
la muerte para siempre”.
Ayer me decías que, para ser discípulo tuyo, habría que permanecer fiel a tu palabra y que, por ella, conoceré la verdad, pues tú, Señor, eres la verdad, y conociendo la verdad, a ti, seré libre, y, todo esto, aquí, en la tierra. Hoy me dices más, me dices que tú palabra me dará vida eterna, es decir, que:”no veré la muerte para siempre”. Así lo reconoció Pedro, cuando muchos de tus discípulos dejaron de seguirte y les preguntaste a los doce:” También vosotros queréis iros?, y él respondió: “A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”, y, hoy, soy yo quien te lo digo y, también como él te respondo: “creo en ti porque tú eres el Santo de Dios” (Jn 6,67-69), y me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 20/mar
La Cuaresma: La fidelidad libera.
Dan 3, 14-20. 91-92. 95. Envió un ángel a salvar a sus siervos.
Salmo: Dan 3,
52-56.
¡A ti gloria y alabanza por los siglos!
Jn 8, 31-42. ”Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres”.
Y esto se lo dijiste a los judíos que habían creído en ti y que se creían superiores a los demás por cumplir la ley de Abraham y circuncidarse, y les tienes que decir que todos somos iguales, que para ser cristiano solo basta con creer en ti, y creer en ti es permanecer en tu palabra, pues sólo tú eres el camino, la verdad y la vida, y que es tu palabra, que es verdad, la que me hace libre y vivir libre y, por ella, he de estar dispuestos a “sufrir por defender mis convicciones cristianas en un mundo incrédulo”, como los tres jóvenes de la primera lectura, sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes 19/mar
2 Sam 7, 4-5a. 12-14a. 16. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre (Lc 1, 32).
Sal 88. Su linaje será
perpetuo.
Rom 4, 13. 16-18.
22. Apoyado
en la esperanza, creyó contra toda esperanza.
Mt 1,16.18-21.24a: “Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del
Señor…”.
San José, solemnidad.
Alguien ha dicho que la fiesta de San José, en medio de la cuaresma, es como un oasis de paz y de alegría, y que deberíamos aprender de él e imitar sus muchas virtudes, y aunque no podría señalar todas, la primera, si sería, la humildad, ni una sola palabra suya aparece en los evangelios a pesar de ser el patriarca de la familia, la segunda, y no las estoy poniendo por orden de importancia, su fe en Dios que le lleva a buscar en todo momento, a pesar de las dificultades, su voluntad, y en tercer lugar, el amor a Dios y al prójimo, sabiendo que ambos no son sino el “único amor”. Y para todos los padres, os invito le imitéis, también, en la educación a vuestros hijos como él educo a Jesús. Así todos seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Felicidades a todos los José, Josefas y sus derivados, y a todos los padres. Feliz día de nuestra parroquia.
El Párroco
Lunes 18/mar
La Cuaresma: Dios salva, no condena.
Dan 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62. Ahora tengo que morir, siendo inocente.
Sal 22. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
Jn 8, 1-11. “ El que esté sin
pecado, que le tire la primera piedra.”
¿Por qué ese corazón de piedra para con los demás y tan blando para con nosotros mismos? Esa es la contestación que les das a aquellos que se presenta con una mujer sorprendida en adulterio, y lo hacen, como siempre “para comprometerte”, los que, al mismo tiempo, no lo fueron para con el hombre que estaba con la mujer sorprendida en adulterio. Y tú, como siempre, me enseñas tu corazón de carne, que amas y no condenas, aunque si detestas el pescado, por eso les dices que “tire la piedra -su corazón que es la piedra- el que esté sin pecado”. Y, a ella, “no peques más”. Y, a mí, me enseñas a que ame a todos sin condenar a nadie, y que ame a los demás como tú me has amado y me has perdonado, hasta 70 veces 7, siempre. Que no tire piedras, ni dardos por la boca, sino flores y bien decir, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lectura
del santo Evangelio según san Juan 12,20-33
En
aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos
griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor,
queremos ver a Jesús».
Felipe
fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús
les contestó:
«Ha
llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.
En
verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda
infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y
el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi
servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y
¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta
hora. Padre, glorifica tu nombre».
Entonces
vino una voz del cielo:
«Lo
he glorificado y volveré a glorificarlo».
La
gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían
que le había hablado un ángel.
Jesús
tomó la palabra y dijo:
«Esta
voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo;
ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre
la tierra atraeré a todos hacia mí».
Esto
lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.
Jn 12,20-33: “Había
algunos griegos; estos acercándose a Felipe… le rogaban: «Señor, queremos ver a
Jesús»”.
Y, a mi hoy, en esta última semana de cuaresma, cuando me he acercado más a ti por la oración y he visto tus miradas de amor y tus palabras de vida, me brota la misma petición que a aquellos griegos: “Señor, quiero verte”, quiero verte porque eres la luz que me iluminas y quien me acompaña en los momentos difíciles, por eso quiero seguirte, y aunque como “el grano de trigo tenga que morir para dar fruto”, quiero seguirte, pues es tu hora y, en tu hora, quiero estar contigo para que “cuando seas elevado sobre la tierra me atraigas hacia ti”, y aprenda, como tú, también “en el sufrimiento a obedecer al Padre”, pues es la única forme de ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
Sábado
16/mar
La Cuaresma: ¿Qué decimos de Jesús?
Jer 11, 18-20. Yo, como manso
cordero, era llevado al matadero.
Sal 7. Señor, Dios mío, a ti me acojo.
Jn 7, 40-53. “Estudia y verás que de Galilea no salen profetas”.
Y ellos mismos, sin quererlo, en este caso dicen la verdad, porque tú, Señor, no eres Galileo, ya que, como nos dicen los evangelios, “José subió con María que estaba en cinta, a la ciudad de David, a Belén de Judea”, y, allí, naciste y es lo que, ellos, desconocían y hasta aluden a las escrituras: «¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?». Así es, y en ese pueblo naciste y del linaje de David eres. Y, Señor, todo el que te escucha no queda indiferente: «Jamás ha hablado nadie como ese hombre», es la respuesta que le dan los soldados a los sumos sacerdotes y a los fariseos. Señor, que yo tampoco quede indiferente a tus palabras y es que nadie ha hablado como tú, tus palabras son de vida eterna y quiero, cada mañana, escucharte, para conocerte, amarte y seguirte y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El
Párroco
Viernes
15/mar
La Cuaresma: Elegir el camino: el del justo perseguido o el de
los perseguidores.
Sab 2, 1a. 12-22. Lo condenaremos a muerte ignominiosa.
Sal 33. El Señor está cerca de los atribulados.
Jn 7, 1-2. 10.
25-30. Intentaban
agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora.
Es la hora de la que san Juan nos hablará tantas veces y que la primera vez que sale es en la boda de Cana cuando le dijiste a tú madre que no había llegado. Hoy, dice, el evangelista, que nadie te pudo echar mano porque: “todavía no ha llegado…”, por lo que me está diciendo que eres tú, Señor, quien libremente das tú vida, esa es tu hora, pero nadie te la quita sino que tú las das libremente, pues para eso has venido. Señor, que, también, llegue, ya, mi hora. La hora de darme, de entregarme, de amar, ya y de una vez, radicalmente, a Dios y al hermano herido, a todos los que me necesiten, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El
Párroco
Jueves
14/mar
La Cuaresma: Arrepentirse de los pecados
Ex 32, 7-14. Arrepiéntete de la
amenaza contra tu pueblo.
Sal 105. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu
pueblo.
Jn 5, 31-47. “Hay otro que da testimonio de mi…”.
Hoy, Señor, me hablas con claridad y me dices que no necesito más signos para creer en ti que los que hay en las escrituras pues, en ellas, se habla de ti. La cuaresma es tiempo de acercarme a ti, es tiempo de meditar, leer y escuchar más tu palabra. Todo da testimonio de ti: Moisés, Juan el Bautista, pero, sobre todo, tu, nuestro, Padre Dios: ”este es mi Hijo, el amado”. Pero, cuantas veces, cierro mis oídos y mis ojos, para no oír ni ver, para no complicarme la vida. Señor, que crea en ti, y con Pedro te responda: “tú, Señor, eres el Mesías, el que tenía que venir al mundo” para mostrarme el amor al Padre y al hermano, único amor, y ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 13/mar
La Cuaresma: Escuchar al Hijo y creer en el Padre es obtener la
luz y la vida.
Is 49, 8-15. Te he constituido
alianza del pueblo para restaurar el país.
Sal 144. El Señor es clemente y misericordioso.
Jn 5, 17-30. “No
busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”.
Señor, te hiciste hombre, tomaste mi humana naturaleza para hacerme partícipe de la tuya divina y para enseñarme cómo he de vivir, que “no basta con decir: «Señor, Señor» sino que he de cumplir la voluntad del Padre”, sólo así viviré, como tú, en plena unión con él Padre, y que tú amor a Él se manifiesta en buscar y cumplir sólo su voluntad, así vives en plena unión con Él. Enséñame a vivir mi unión con Él, mi auténtica filiación divina, y la viviré si no busco, solo, hacer mi voluntad sino, como tú, la suya, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes
12/mar
La Cuaresma: Recordar el agua vivificante y curante.
Ez 47, 1-9. 12. Vi agua que manaba del templo, y habrá vida allí donde llegue el torrente.
Sal 45. El Señor del universo está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Jn 5, 1-16. ”Jesús al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba
mucho tiempo, le dice:«¿Quieres ser sano?». El enfermo le contestó: «Señor, no
tengo a nadie que me meta en la piscina…»”.
Señor, hoy me fijo en que soy tú discípulo, y que tú eres mi luz, que iluminas mi camino para que viva, como en pleno día, haciendo el bien. Por eso mis obras no serán más que reflejo de ti y será a ti, no a mi, al que han de alabar y glorificar. Que lástima sentiría si alguien, que hubiera estado cerca de mi, llegara a decir lo que este paralítico, “no he tenido a nadie que me haya llevado a ti”. Señor, que en este tiempo de cuaresma, me acerque, como el buen samaritano, a todo hombre que esté herido, en cuerpo o alma, para que tú, Señor, lo sane, para que te conozca y te amé, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El
Párroco
Lunes 11/mar
La Cuaresma: Acoger la vida.
Is 65, 17-21. Ya no se oirá ni llanto ni gemido.
Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Jn 4, 43-54. “El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se
muera mi niño». Jesús le contesta :«Anda, tu hijo vive». El hombre creyó en la
palabra de Jesús y se puso en camino”.
Señor, también yo creo en tu palabra, aunque es tan pobre mi fe que, a veces, dudo, por eso te pido me la aumentes, y que no sea como tus paisanos que piden siempre signos y les tienes decir aquello de que:«un profeta no es estimado en su propia patria». Yo no necesito signos pues mi propia vida lo es. Gracias, Señor, por el amor que me muestras a diario haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Buen lunes.
El
Párroco
Lectura del santo
Evangelio según san Juan 3, 14-21
En
aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Lo
mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado
el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque
tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en
él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque
Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se
salve por él.
El
que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este
es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a
la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la
luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En
cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras
están hechas según Dios».
IV
Domingo de cuaresma. “Laetare”.
Jn 3,14-21: “Tanto amó Dios al mundo que le
entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en el… tenga vida eterna”.
Domingo
de la alegría
Porque ya está cerca la salvación, la Pascua del Señor. Y hoy, lo primero que me viene es un gran sentimiento de agradecimiento a ti, Padre, porque es tanto el amor que nos tienes que nos has enviado a tu Unigénito para salvarme si creo en él y así cumplir el anhelo más universal de todos, el deseo de vivir siempre, ser eterno. Para ello he dejarme iluminar por ti, Señor, pues has venido para ser luz, que no quiera vivir en tinieblas, sino obrar el bien, acercándome a ti y vean mis buenas obras para que por ellas glorifiquen a nuestro Padre. Gracias, Señor, por ser la luz que me iluminas y me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz Domingo de la alegría.
El Párroco
Sábado
9/mar
La Cuaresma: Presentar al Señor un corazón humillado como
sacrificio.
Os 6, 1-6. Quiero
misericordia, y no sacrificio.
Sal 50. Quiero
misericordia, y no sacrificio.
Lc 18, 9-14. ”El fariseo, erguido, oraba en su interior:”¡Oh Dios!
te doy gracias porque no soy como los demás hombres …” El publicano… se
golpeaba el pecho diciendo:”¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador…”.
Viernes
8/mar
La Cuaresma: Amar a Dios sobre todas las cosas.
Os 14, 2-10. No llamaremos ya
“nuestro Dios” a la obra de nuestras manos.
Sal 80. Yo soy el Señor,
Dios tuyo; escucha mi voz.
Mc 12, 28b-34. ”Qué
mandamiento es el primero de todos?”
Es hermoso que, a mitad de la cuaresma, tiempo de gracia y conversión, me recuerdes que no hay otro mandamiento que el del amor. Amor en los dos sentidos: hacia Dios, y hacia el prójimo. Por eso es, también, hermoso que el Papa Francisco me lo haya querido recordar en el mensaje de cuaresma de este año, en el que, entre otras cosas, decía:”Es tiempo de actuar, y en cuaresma actuar es detenerse. Detenerse en oración, para acoger la palabra de Dios, y detenerse, como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor”, no hay otro mandamiento. Señor, ayúdame a cumplirlo para que yo esté cerca de tu reino y así sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Jueves 7/mar
La Cuaresma: Vigilar para no cerrarse a la salvación.
Jer 7, 23-28. Esta es la gente
que no escuchó la voz del Señor, su Dios.
Sal 94. Ojalá escuchéis
hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Lc 11, 14-23. “El que no está
conmigo está contra mí”
No hay más, no puedo tener encendidas esas dos velas que dice el refranero: ”una para el demonio y otra para san Antonio”. Y es que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, pues, acaban de ver un signo en la curación de un mudo y te piden un signo o dicen que por arte de Belcebú lo has echado, estos son, como siempre, los listillos de la época. Por el contrario, la multitud, esos que no son nadie, entre los que quiero encontrarme, nos quedamos admirados de tu bondad, de tu amor hacía los más necesitados. Señor, que vea, Señor, auméntame la fe y hazme estar (yo quiero, tu puedes) a tu favor, contigo, quiero ser de los tuyos, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 6/mar
La Cuaresma: Recordar la ley de Dios y observarla.
Dt 4, 1. 5-9. Observad los
mandatos y cumplidlos.
Sal 147. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Mt 5, 17-19. “No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud”.
Martes
5/mar
La Cuaresma: La compasión de Dios invita a perdonar.
Dan 3, 25. 34-43. Acepta nuestro
corazón contrito y nuestro espíritu humilde.
Sal 24. Recuerda, Señor,
tu ternura.
Mt 18, 21-35. “Lo
mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón
a su hermano”.
El
Párroco
La Cuaresma: Desconfiar de los privilegios y abrirse a la
universalidad de la salvación.
2 Re 5, 1-15a. Muchos leprosos
había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el
Sirio.
Sal 41. Mi alma tiene sed
del Dios vivo; ¿cuándo veré el rostro de Dios?
Lc 4, 24-30. ”Lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el
que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo”.
¿Por qué, como ellos, no quiero reconocerte en lo pequeño y en lo sencillo? ¿Por qué, como casi todos, pido signos grandilocuentes? ¿Por qué… ? Seguro que yo hubiera hecho lo mismo que tus paisanos. Perdóname, Señor, también yo te hubiera sacado del pueblo para despeñarte, perdóname, Señor. Dice el evangelista que te abriste paso y seguiste tu camino. Señor, yo hoy quiero retenerte para escucharte, ábreme mi oído para escuchar lo que dices y lo que quieres de mi, pues sólo cumpliendo lo que quieres de mi es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura
del santo evangelio según san Juan Jn 2, 13-25
Cuando
se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el
templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus
mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y
sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo
las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no
conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.
En
ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de
tu casa me devora.
Después
intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes
autoridad para actuar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en
tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha
llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”
Pero
él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los
muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en
la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.
Mientras
estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en él, al ver
los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a
todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque él
sabía lo que hay en el hombre.
Jn 2,13-15: “No
convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”.
Nos dice el evangelista que se refería al Templo de su cuerpo, y al mío, somos las verdaderas piedras del Templo vivo de Dios. Por eso no he de convertir en mercado mi cuerpo, porque, a veces, parece que llevo el corazón en la mano para ofrecérselo al mejor postor, olvidándome que tú, mi Señor, eres, con mucho, el mejor postor. Señor, quiero hoy renovar mi vida y mi vocación, todo para ti, “toma mi corazón, tuyo es, mío no” y te doy gracias porque, como dice San Pablo, “has elegido lo necio y lo débil, para confundir a los sabios y a los fuertes de este mundo”, me has elegido a mi, por lo que soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
2ª SEMANA DEL TIEMPO DE CUARESMA.
Sábado
2/mar
La
Cuaresma: Levantarse y volver al Padre.
Miq 7, 14-15.
18-20. Arrojará
nuestros pecados a lo hondo del mar.
Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.
Lc 15, 1-3. 11-32.
“Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su
padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.
Y el padre, con dolor de su corazón, le dio lo que todavía no le pertenecía, pues la fortuna no se hereda hasta la muerte del finado, por tanto, el hijo menor le vine a decir: “padre, para mi estas muerto”, con frase actual, “paso de ti”. Sabemos lo que ocurrió, que este hijo, niño caprichoso, se lo gastó todo malamente y que, después de reflexionar y más que por dolor, por hambre, volvió a su casa. Desde lejos, nos dices en el evangelio, su padre, más que con los ojos, con el corazón, lo vio, porque día y noche oteaba al horizonte, y salió corriendo y se lo comía a besos y le preparó una fiesta. Gracias, Padre, porque, muchas veces, ese hijo he sido yo. Gracias, Padre, porque eres un Dios que perdona el pecado y pasas por alto las faltas. Gracias, porque, a pesar de mí, me quieres y también a mí me comes a besos. Dame el don del arrepentimiento, y que no sea, jamás, como el hermano mayor, incapaz de perdonar cuando no es mejor que el pequeño, y, además, muestra un gran grado de desconfianza a su padre, que le tiene que decir: ”todo lo mío es tuyo”. Gracias, Padre, porque me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El
Párroco
Viernes
1/mar
La Cuaresma: Acoger el reino y no rechazar al enviado.
Gen 37, 3-4.
12-13a. 17b-28. Ahí
viene el soñador; vamos a matarlo.
Sal 104. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Mt 21, 33-43.
45-46. “Este es el
heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia”.
Y también eres la piedra angular sin la que la Iglesia se hundiría. Una sencilla parábola con la que me explicas la historia humana hasta llegar a ti, y fue lo que hicimos contigo. También a mi me has mimado, también a mi me has plantado dándome la vida, me has rodeado con tu amor, y me has cavado un lagar y construido una torre para protegerme (tu Iglesia). Señor, que no sea como aquellos labradores, ¡has hecho tanto por mi! Yo no puedo hacer más, por todo lo que me has querido, que dar fruto y este abundante, el fruto de amarte y darte a conocer, sólo así seré y viviré totalmente feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves
29/feb
La
Cuaresma: Confiar en los verdaderos valores.
Jer 17, 5-10. Maldito quien
confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor.
Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su
confianza en el Señor.
Lc 16, 19-31. “Había
un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba todo el día. Y
un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal…”.
Tú, Señor, pones la situación y el problema del rico no era ni ser rico, ni vestir de esta o de aquella manera, ni siquiera el banquetear. Su problema fue cerrar los ojos y no acercarse al otro para hacerse su prójimo, y eso que estaba bien cerca, echado en su portal, y que se conformaba con bien poco, con las migajas que hubieran caído de la mesa del rico. Señor, que tenga los ojos bien abiertos para ayudar, acercándome, a los que me necesiten, dando pan a los que tengan hambre, y abrirles el hambre de ti a los que tengan pan, para que no me pase lo de al rico al acabar su vida aquí, y no hace falta, Dios mío, que me mandes a nadie más porque, decía san Juan De la Cruz, “ya me lo has dicho todo en tu Hijo”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 28/feb
La Cuaresma: Acompañar a Cristo en su Pasión.
Jer 18, 18-20. Venga, vamos a
hablar mal de él.
Sal 30. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Mt 20, 17-28. .”Ellos dicen pero no hacen… Todo lo que hacen es para que
los vea la gente”.
Señor, al comenzar la cuaresma me pedías que todo lo que hiciera lo hiciera por y para Dios, que sólo Él es el que tenia que recompensarme, que ve todos mis actos, pues ve lo secreto y lo escondido, Él y sólo Él es quien conoce mi corazón. Y, hoy, me recuerdas que, aquellos que debería saber más de la ley, los escribas y fariseos, hacen lo contrario, “todo para que lo vean la gente”, para presumir, todo apariencia y me dices que “si quiero ser el primero he de servir a todos” como tú, que no viniste a ser servido sino a servir y dar tu vida por mi. Gracias, Señor, porque tú me enséñelas con tu ejemplo y amándome y me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El
Párroco
Martes
27/feb
La
Cuaresma: Hacer el bien de palabra y obra.
Is 1, 10. 16-20. Aprended a hacer el bien, buscad la justicia.
Sal 49. Al que sigue buen camino le haré ver la
salvación de Dios.
Mt 23, 1-12. “Ellos
dicen pero no hacen… Todo lo que hacen es para que los vea la gente”.
Señor, al comenzar la cuaresma me pedías que todo lo que hiciera lo hiciera por y para Dios, que sólo Él es el que tenía que recompensarme, que ve todos mis actos, pues ve lo secreto y lo escondido, Él y sólo Él es quien conoce mi corazón. Y, hoy, me recuerdas que, aquellos que debería saber más de la ley, los escribas y fariseos, hacen lo contrario, “todo para que lo vean la gente”, para presumir, toda apariencia y me dices que “si quiero ser el primero he de servir a todos” como tú, que no viniste a ser servido sino a servir y dar tu vida por mí. Gracias, Señor, porque tú me enseñas con tu ejemplo y amándome y me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 26/feb
La
Cuaresma: Perdonar como Dios perdona para ser perdonados.
Dan 9, 4b-10. Hemos pecado,
hemos cometido crímenes.
Sal 78. Señor, no nos trates como merecen nuestros
pecados.
Lc 6, 36-38. ”Sed misericordioso como vuestro Padre es
misericordioso; no juzguéis…”.
Además, ¿quién soy yo para hacerlo? Nadie. Eso fue lo que quisieron hacer Adán y Eva, conocer el bien y el mal, ser tú, necedad y locura. Y es que sólo tú, Padre, me conoces, y no puedo escapar de tu presencia, suba a la cima más alta o baje a lo profundo del mar, allí estás tú, me alcanza tu diestra. Gracias a Dios, Jejeje, gracias a ti que eres el único que me juzgas, porque eres el único que me conoces, me puedes hacerlo. Como dice Daniel (9,4b-10) “aunque no he obedecido a tu voz y me haya rebelado muchas veces contra ti, tú eres compasivo y me perdonas”, y es que tu, Padre, me amas, por lo que soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 9, 2-10
En
aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con
ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se
volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del
mundo.
Se
les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces
Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:
«Maestro,
¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra
para Moisés y otra para Elías».
No
sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se
formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el
amado; escuchadlo».
De
pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando
bajaban del monte, les ordenó que contasen a nadie lo que habían visto hasta
que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto
se les quedó grabado, y discutían qué quería decir aquello de resucitar de
entre los muertos.
Mc 9,2-10: “Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo”.
Cuando todavía estamos a poco de haber comenzado el tiempo de Cuaresma, tiempo de gracia, me dices, en la Palabra, que es lo que tengo que hacer para vivirla bien: “escucharte”, porque en ti, Señor, “el Padre, me decía san Juan de la Cruz, me lo ha dicho todo, ya no tengo más fe que revelar, ni más cosas que manifestar”, así pues, lo que tengo que hacer es “empaparme de ti” y decirte, como Pedro, “que bien se está aquí”, escuchándote, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
1ª SEMANA DEL TIEMPO DE CUARESMA.
Sábado
24/feb
La Cuaresma: Corresponder a la elección.
Dt 26, 16-19. Serás el pueblo
santo del Señor, tu Dios.
Sal 118. Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Mt 5, 43-48. “Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os ersiguen”.
Se puede decir más alto, nunca más claro. Y es que, como nos ha dicho el Papa Francisco en su mensaje de cuaresma, “el amor a Dios y al prójimo es un único amor”, no hay otro mandamiento y es que, además, no puedo tener enemigos pues todos sois mis hermanos, ya que todos tenemos el mismo Padre: Dios, y, así lo decimos en la oración dominical: “Padre nuestro…”. Por eso termina diciéndonos el evangelista: ”Sed perfecto como vuestro Padre, es perfecto” y ama a todos sin excepción. Solo, así, amando, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes23/feb
La Cuaresma: Reconciliación con Dios y con los hermanos.
Ez 18, 21-28. ¿Acaso quiero yo
la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y viva?
Sal 129. Si llevas cuenta
de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Mt 5, 20-26. ”Vete primero a reconciliarte con tu hermano, y
entonces vuelve a presentar tu ofrenda”.
No hay más mandamiento que el amor y no puedo ni hacerme el sordo ni disimular. He de amarte a ti, Padre, pero “no puedo aborrecer al hermano a quien veo, pues como dice San Juan, si eso es lo que hago, soy un mentiroso”. Es cuaresma y, me dice el Papá Francisco en su mensaje:”he de detenerme en oración, para acoger la Palabra de Dios, y he de detenerme como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor”, más claro agua, por tanto, es sólo amando como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El
Párroco
Jueves
22/feb
Cátedra de San Pedro.
1 Pe 5, 1-4. Yo, presbítero con
ellos, testigo de la pasión de Cristo.
Sal 22. El Señor es mi
pastor, nada me falta.
Mt 16, 13-19. ”Ahora yo te digo tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia”.
Después de responderte a una pregunta que les haces, de que “tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”, le das la primacía sobre los apóstoles, pero no para que “nos gobierne déspotamente sino mostrándose como modelo del rebaño”, porque en él edificarás “Tu” Iglesia, y ha de ser el que nos una en la fe y en amor, y, después de él, todos los Papas son Pedro. Señor, que sea quien sea lo ame y siempre me una a él en la fe y en el amor, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 21/feb
La Cuaresma: Urgencia de conversión.
Jon 3, 1-10. Los ninivitas
habían abandonado el mal camino.
Sal 50. Un corazón quebrantado y humillado, oh,
Dios, tú no lo desprecias.
Lc 11, 29-32. ”Aquí hay uno que es más que Jonás”.
Y más que Salomón y que todos, pues tú, Señor, eres la Palabra hecha carne, el Dios visible del Dios invisible, luz de luz, eres Dios verdadero, y sigo con fe titubeante, y no me convierto de verdad, de una vez por todas como los ninivitas que se convirtieron a la predicación de Jonás. No necesito más signos, sólo necesito escucharte, seguirte, conocerte más y más, y más y más amarte cada día, y, así, cada día, ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz Miércoles.
Martes
20/feb
La Cuaresma: Hacer la voluntad de Dios.
Is 55, 10-11. Mi palabra
cumplirá mi deseo.
Sal 33. Dios libra a los justos de sus angustias.
Mt 6, 7-15. ”Cuando recéis no uséis muchas palabras... vuestro
Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
«Padre nuestro…»”.
Y, sin embargo, me dices que rece sin desfallecer y que persevere en ella todos los días, hoy me hablas de la forma, es decir, que no hacen falta muchas palabras pues tú, Señor, sabes, de más, lo que necesito, pero si he de hablar todos los días pues Dios es mi Padre, si, mi Padre, y ¿qué hijo no desea hablar con su Padre cada día, y, más, recién levantado para decirle: ¡hola!? Porque he visto muchas definiciones de rezar, pero me quedo con la de Santa Teresa, es “hablar con quién sabe qué te quiere”, y mi Padre me quiere, y, la mejor oración es la que tú, Señor, me enseñas, el “Padre nuestro” pero “sabiendo que digo y a quien se lo digo”, es decir, “no solo moviendo los labios”, así, sabiendo lo que digo y a quien se lo digo, a ti, que eres mi Padre, solo esto sería para que me volviera loco, tú, Dios, mi Padre, me hacer ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 19/feb
La Cuaresma: Practicar la verdadera religión.
Lev 19, 1-2.
11-18. Juzga
con justicia a tu prójimo.
Sal 18. R. Tus
palabras, Señor, son espíritu y vida.
Mt 25, 31-46. ”Venid, vosotros, benditos de mi Padre, heredad el
reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre…
sed…”.
Y es esto lo que, antes que nada, me pides que haga, no sólo en cuaresma, sino siempre. Es la limosna llevada a la más alta realización, que no es dar unas cuantas monedillas, sino amar de verdad a los demás y hacerlo porque haciéndoselo a ellos es a ti a quien se lo hago, porque te has unido de tal forma a la humanidad que no puedo amarte a ti sino amo a los hermanos, y es amándoles a ellos como te amo a ti: “cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos, más pequeños, conmigo lo hicisteis”. Y no lo puedo olvidar, pues, de nada me sirve todo lo demás si no tengo amor y es que, además, será, de amor, de lo que me examinarás al final de mi vida y, sólo amando, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El
Párroco
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se
quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las
fieras y los ángeles lo servían.
Después
de que Juan, fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio
de Dios; decía:
«Se
ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el
Evangelio».
Mc 1,12-15: ”Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio, decía: «Se ha
cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio”.
Esta, tu gran misión, la comenzaste a vivir después de tu experiencia con Dios, en el desierto. Y, yo, también, he de vivir, en tu nombre, ti misma misión, proclamar tu Evangelio, por ello he de prepararme, y, ahora, me da este tiempo de gracia, que esta cuaresma sea mi desierto, tiempo de reavivar la gracia de mi bautismo y dónde, en oración con el Padre, le pida tener más hambre de ti, pan vivo y verdadero, y de toda palabra que sale de tu boca, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
EMPIEZA EL TIEMPO DE CUARESMA
Sábado
después de ceniza, 17/feb
La Cuaresma: Cambiar de
vida.
Is 58, 9b-14. Cuando
ofrezcas al hambriento de lo tuyo, brillará tu luz
en las tinieblas.
Sal 85. Enséñame, Señor, tu camino, para que siga
tu verdad.
Lc 5, 27-32. ”No necesitan médicos los sanos sino
los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se
conviertan”.
Es la respuesta que les das a los fariseos que murmuran él que entres en casa de Levi, pecador a sus ojos, y comas con él y sus amigos. Gracias, Señor, porque también a mí, y a pesar de mí, me has llamado y me pides, como a todos en este tiempo de cuaresma, que me convierta, que entre en la cuaresma de mi corazón para que este pase de ser un corazón de piedra a uno de sangre capaz de amar y sentir compasión hacia los demás, que entre cuaresma y salga pascua, me pides que entre en la crisálida gusano y salga mariposa, criatura hermosa para tu padre Dios, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes
después de ceniza, 16/feb
La Cuaresma: Ayunar
mientras se espera al Señor.
Is 58, 1-9a. Este
es el ayuno que yo quiero.
Sal 50. Un
corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias
Mt 9, 14-15. ”¿Por qué… tus discípulos no ayunan?
Hoy, la liturgia, ahonda en una de las prácticas cuaresmales, el ayuno. Pero me hablas de un ayuno de verdad, pues tú has venido a hacer nuevas todas las cosas, un ayuno por y para ti que ves en lo escondido. Ayuno que, además de recordarme, que no sólo de pan vivo, sino de toda palabra que sale de tu boca, me ayude a ayudar a los demás, me ayude a liberarme de mis caprichos y egoísmos, y a liberar a los demás de yugos de injusticias y a desatar correas y opresiones, a compartir mi pan y mi techo, y vestir a desnudos, es decir, a vivir las obras de misericordia, sólo así surgirá mi luz como la aurora y si clamo a ti, tú me escucharás y yo seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves
después
de ceniza 15/feb
La Cuaresma: Elegir entre
la vida o la muerte.
Dt 30, 15-20. Mira:
yo os propongo hoy bendición y maldición.
Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su
confianza en el Señor.
Lc 9, 22-25. “Si alguno quiere venir en pos de mí,
que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga”.
Seguirte, ese es el camino por el que quiero optar, es el camino del bien y de la vida, aunque ello suponga negarme a mí y a mis caprichos, fue el camino que eligió, entre otros, Juan el Bautista: ”Conviene que yo mengüe para que él, se referiría a ti, crezca”, y he de tomar “mi” cruz de cada día, nunca será tan pesada como la tuya y, además, cuento con la ventaja que tu serás mi cirineo y que ya has recorrido el camino antes que yo, yo solo he de seguirlo. No hay mejor camino en cuaresma, para prepararme para la Pascua, he de ir en “pos” de ti, quitar todo aquello que me impida seguirte, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El
Párroco
Miércoles 14 de febrero
Miércoles
de Ceniza - Tiempo de Cuaresma
La Cuaresma: Tiempo favorable para
convertirse obrando según Dios.
Ayuno y Abstinencia
Jl 2, 12-18. Rasgad vuestros
corazones, no vuestros vestidos.
Sal 50. Misericordia,
Señor, hemos pecado.
2 Cor 5, 20 — 6,
2. Reconciliaos
con Dios: ahora es tiempo favorable.
Mt 6, 1-6. 16-18. “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los
hombres para ser vistos por ellos…”.
Y no sólo mi justicia, sino, como me recordaba San Pablo, el pasado domingo, “todo lo que haga sea solo para gloria de Dios” (I Cor 10,31). Comienza la cuaresma, y tú, Padre, quieres que me convierta a ti, “que cambie realmente (Jl 2,12-18), y, para ello, te pido un corazón puro, que me renueves por dentro, y que me devuelvas, si la hubiera perdido, la alegría de tu salvación (2 Cor 6,2), y hacerlo todo desde mi interior, para que sólo lo veas tú, pues todo es por ti y para ti. Buscando más tiempo para estar en tu presencia (oración), dándome cuenta de que no solo he de vivir de pan sino de toda palabra que sale tu boca (ayuno) y ayudando con mi tiempo, también con mi dinero (limosna) a los demás, sobre todo, a los más necesitados. Así, la cuaresma será tiempo favorable de preparación a vivir la Pascua y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz cuaresma.
El Párroco
VI semana del Tiempo ORDINARIO.
Martes
13/feb
Sant 1, 12-18. Dios
no tienta a nadie.
Sal 93. Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
Mc 8, 14-21. ”Estad
atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes”.
Gracias, Señor, porque soy “dichoso, dice el salmo, al ser educado por ti”. Hoy es uno de esos días que quieres hacerlo, y me dices que esté atento, que no me vaya tras otros, que no me deje ni engañar ni embaucar, me dices que lo importante no es ni la comida ni el vestido. Es lo que pensaron tus primeros discípulos, pues al decirles lo de la levadura, pensaron que les reñías por habérseles olvidado el pan, y, entonces, les dices, me dices, que lo esencial es estar a tu lado, tenerte y escucharte y amarte, porque es tu palabra, eres tú, Señor, mi verdadero alimento, y con María, la hermana de Marta, quiero escoger la mejor parte, a ti, el lote de mi heredad, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 12/feb
Sant 1, 1-11. La autenticidad de vuestra fe produce paciencia, para que seáis perfectos e íntegros.
Sal 118. Cuando me alcance tu compasión, Señor,
viviré.
Mc 8, 11-13. “Los fariseos… le pidieron un signo
del cielo”.
Antes me ha dicho Marcos que lo hacen para ponerte a prueba. ¿Signos? No quieren signos, los ven y no hacen caso, sólo quieren ver si los haces quebrantando alguna ley mosaica, como el incumplimiento del sábado y tener de que acusarte. ¿Signos? Ya tengo muchos, tu misma palabra, los milagros que haces, tú misma vida, acercándote a todos, sobre todo a los más necesitados, a los enfermos, tocándolos, son signos más que suficientes de que me hablas del amor de Dios. No necesito más signos, lo que he de hacer es imitarte, y, como me dice Santiago, “No parecerme a una ola de mar agitada y sacudida por el viento” (Sant 1,1-11), que mi Fe sea firme en ti, Señor, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 1, 40-45
En
aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si
quieres, puedes limpiarme».
Compadecido,
extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero:
queda limpio».
La
lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él
lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que
conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó
Moisés, para que les sirva de testimonio»,
Pero,
cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que
Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en
lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
Mc 1, 40-45. “Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas
:«Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido, extendió la mano y lo tocó
diciendo: «Quiero, queda limpio»”.
Que dos transgresores de la ley os habéis juntado. El leproso que, según la ley de Moisés, es impuro y tiene que vivir solo y, sin embargo, se te acercó, rompiendo toda barrera y toda ley para, humildemente, de rodillas, suplicarte que lo limpies. Y, por otra parte, tú, Señor, que tampoco te importa le ley, y extiende tu mano y lo tocas, que te convierte en impuro, pero es que, para ti, tu amor al hombre, está por encima de cualquier norma, y le dices: ”(te) quiero, queda limpio”. Gracias, Señor, porque a mí, también, me quieres y me limpias de todo pecado, la mayor enfermedad que tenemos los hombres, porque has vendo a llamar no a los sanos, sino a los enfermos, por tanto, a mí, y me sanas cada vez que, con humildad, me acerco a ti y te suplico: ”límpiame”, y, también a mí, me dices: “te quiero”, haciéndome ser el hombre que es y vive feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz primer día de la semana.
El Párroco
V semana del Tiempo ORDINARIO.
Sábado
10/feb
1 Re 12, 26-32;
13, 33-34. Jeroboán fundió dos becerros de oro.
Sal 105. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu
pueblo.
Mc 8, 1-10. ”«De dónde vamos a sacar pan, aquí,
en despoblado, para saciar a tantos?»… la gente comió hasta quedar saciados…”.
Y todo comienza porque sientes lástima de nosotros, y das de comer con unos cuantos panes, siete, y con unos pocos peces, en aquella ocasión eran siete mil, a todos hasta saciarse, pero, después, volvieron a pasar hambre, y es que el único pan que sacia, de verdad, eres tú, pues “el que come de ti tiene vida, no solo para esta, sino que le llegará hasta la vida eterna, porque sólo tu carne y tu sangre es verdadera comida”. Por eso, como la samaritana con el agua, yo te pido: “Señor, dame de ese pan para que nunca más tenga hambre”, y, no solo a mí, sino a todos, con esa hermosa bendición de mesa que dice: “pido des hambre de ti a los que tienen pan y pan a los que tienen hambre”, y, así, seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El
Párroco
Viernes
9/feb
1 Re 11, 29-32;
12, 19. Israel se rebeló contra la casa de David.
Sal 80. Yo
soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Mc 7, 31-37. “Mirando al cielo, suspiró
y dijo: «Effetá» (esto es «ábrete»). Y al momento se le abrieron los oídos, se
le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente…".
A mí, también, me dijiste esa misma palabra, a través del sacerdote, en mi bautismo: «Effetá», acompañada de una hermosa oración: ”Te conceda, a su tiempo, oír su palabra y proclamarla para alabanza y gloria de Dios Padre”, esa es por tanto mi finalidad: alabarte y glorificarte, y yo ahora, en tu nombre, debo decírsela al mundo para que le alaben y te glorifiquen, así, como yo, serán y vivirán felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El
Párroco
Jueves
8/feb
1 Re 11, 4-13. Por
no guardar la alianza, voy a arrancar el reino de tus manos; pero daré a tu
hijo una tribu, en atención a David.
Sal 105. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu
pueblo.
Mc 7, 24-30. “Señor,
pero también los perros, debajo de las mesas, comen las migajas que tiran los
niños”.
¡Qué fe la de esta mujer! Ella insiste a pesar que tú, Señor, aparentemente, parece que no quieres concederle lo que te pide: “deja que primero se sacien los perros”, pero ella, una mujer no judía, te insiste y te dice esa hermosa frase, sólo te pide migajas y, además, las que tiran, debajo de la mesa, los niños. Señor ¿que no me darás concederás a mí que no me das migajas, sino que te me das todo entero en la Eucaristía? Basta tener fe. Por eso, digo hoy: creo, pero auméntame la fe, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 7/feb
1 Re 10, 1-10. La
reina de Saba percibió la sabiduría de Salomón.
Sal 36. La boca del justo expone la sabiduría.
Mc 7, 14-23. Lo
que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre
Porque es en mi interior y desde mi interior que salen los pecados que tú mismo enumeras. Señor, que mi corazón, y mi mirada, sea limpio, que no salga de él más que el deseo de amarte y, en ti, a todos los hombres y aparta de mí todos esos pecados que afean mi conducta y mi corazón, porque sólo quiero que sea para ti, y para tu madre, que es mía también porque me la diste, a la que pongo por intermediaria, por eso, hoy, te ofrezco en ella: ”alma, vida y corazón… no me dejes, madre mía” para que sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El
Párroco
Martes 6/feb
1 Re 8, 22-23.
27-30. Declaraste: «Allí estará mi Nombre». Escucha la súplica
de tu pueblo Israel.
Sal 83. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del
universo!
Mc 7, 1-13. ”Si uno dice a su padre o madre: los
bienes con que podría ayudarte son “corban”, es decir, “ofrenda sagrada”, ya no
le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de
Dios… y así hacéis muchas cosas…”.
Bien decías que te alababan con la boca pero que sus corazones los tenían lejos de ti y, que bien decía tu evangelista Juan, que “quien dice que ama a Dios, a quien no ve, y no ama al hermano, a quien ve, es un mentiroso”, (IJn 4). Nada más lejos de mí, Señor, tú quieres mi amor, de eso no tengo la menor duda, pero tú quieres que te quiera en los demás. No puedo quitar un precepto tuyo por uno humano y hacer lo que me da la gana, y no tu voluntad. He de amar y, como decía san Agustín, podré hacer lo que quiera, que será amar, y así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 5/feb
1 Re 8, 1-7. 9-13.
Acarrearon
el Arca de la Alianza al Santo de los Santos, y la nube llenó el templo del
Señor.
Sal 131. ¡Levántate,
¡Señor, ven a tu mansión!
Mc 6, 53-56. “Le rogaban que les dejase tocar al
menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban”.
Yo quiero, Señor, buscarte para tocar tu manto, para comulgarte que es más todavía. Decía alguien que lo peor que podría ocurrir en este mundo es no conocerte, pero creo que hay otra cosa aún peor que es conocerte y olvidarte. Que yo, Señor, siempre desee empaparme de tu palabra y de la eucaristía, que nunca me olvide de ti, y te ame cada día más y más, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo evangelio según san Marcos Mc 1,
29-39
En aquel
tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón
y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le
avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese
momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Al atardecer, cuando el sol se
ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo
se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó
a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién
era él.
De madrugada, cuando todavía estaba
muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se
puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le
dijeron: "Todos te andan buscando". Él les dijo: "Vamos a los
pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he
venido". Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando
a los demonios.
Mc 1,29-39: “Recorrió toda Galilea predicando en
las sinagogas y expulsando los demonios”.
Tu evangelista Marcos nos habla de tus jornadas agotadoras, incansables. Pero, pesar de tu cansancio, iban a ti tanta gente que no dejabas de enseñarles, y enseñarme, porque sientes compasión de todos, pues “nos ves como ovejas sin pastor”. Así que, muchas veces, te levantabas de madrugada para estar a solas con tu Padre Dios al que le hablabas de nosotros y es en esos ratos, en donde cogías fuerzas para seguir predicando, para eso has venido al mundo, y expulsando los demonios. Hoy me pides, a mí, que haga tu labor y “mi paga es dar a conocer tu evangelio y ¡ay de mí sino lo hago!, y expulsar demonios con la oración y en el sacramento de la penitencia. Sólo cumpliendo tu misión “haciéndome esclavo de todos para ganar a los más posibles” es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
IV semana del Tiempo ORDINARIO.
Sábado
3/feb
1 Re 3, 4-13. Concede
a tu siervo un corazón atento para juzgar a tu pueblo.
Sal 118. Enséñame, Señor, tus decretos.
Mc 6, 30-34. “Venid vosotros a solas a un lugar
desierto a descansar un poco”.
Esto es lo que voy a hacer a partir de mañana y hasta el jueves, descansar en un lugar de silencio y oración, contigo, a solas, para descansar y conocerte y conocerme más. Pero no voy ni huyendo, ni “a la soledad, pues sé que estando contigo, con mis hermanos estoy… voy huyendo del ruido pero de los hombres no”, ya que “a dónde va un cristiano no hay soledad sino amor, pues lleva toda la Iglesia dentro de su corazón”. Voy, como quien dice, a cargas pilas, para llenarme de ti y, después, darte a los demás, que están como ovejas sin pastor, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes
2/feb
Mal 3, 1-4. Llegará
a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando.
o bien: Heb
2, 14-18. Tenía que parecerse en todo a sus
hermanos.
Sal 23. El
Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.
Lc 2, 22-40. Mis
ojos han visto a tu Salvador.
Es la fiesta de tu Presentación al Padre, cumpliendo así lo prescrito en la ley, y es que, al hacerte igual a nosotros, menos en el pecado, me das ejemplo en todo. Y, allí, en el Templo, está el viejo Simeón que bendice al Padre por haberte visto y le sale un cántico inspirado en el que, entre otras cosas, dice esa hermosa frase: “Mis ojos ha visto a tu Salvador”, es decir, te ha visto a ti. Como yo, ¡te he visto tantas veces y en tantos acontecimientos!, que no puedo más que unirme al cántico de Simeón y bendecirte, pues, con tu venida, ya no vivo en tinieblas, sino que tú eres mi luz, y me has dejado los medios necesarios para recibir esa luz, tus palabras, los mandamientos y los sacramentos, y, así, yo también, iluminado por ti, pueda ser luz para los demás y ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Felicidades a los consagrados y a todos los niños bautizados durante el año pasado.
El Párroco
Jueves
1/feb
1 Re 2, 1-4.
10-12. Yo emprendo el camino de todos. Ten valor, Salomón, y
sé hombre.
Salmo: 1 Cron 29,
10-12. Tú eres
Señor del universo.
Mc 6, 7-13. ”En aquel tiempo, Jesús llamó a los
Doce y los fue enviando de dos en dos… Ellos salieron a predicar…”.
Y hoy nos mandas a nosotros y hemos de ir a predicar sabiendo que tú, Señor, siempre estás ahí, a mi lado, que vas conmigo y que me das “autoridad”, pero, esa autoridad, me la he de ganar siendo coherente entre lo que predico y vivo, así echaré demonios y curaré enfermos. Señor, auméntame la fe, y que sea coherente pues antes de predicar la conversión he de convertirme yo mismo y así ir contigo, sinodalmente, a predicar la conversión, es así como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 31/ene
2 Sam 24, 2. 9-17.
Soy
yo el que ha pecado al censar al pueblo. Pero
ellos, las ovejas,
¿qué han hecho?
Sal 31. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Mc 6, 1-6. “¿Que sabiduría es esa que le ha sido
dadá?… ¿No es el carpintero…?
No hay nada más hermoso que ser reconocido por tu propia profesión, eso es que la haces bien, y, por otro lado, todos nos podemos enseñar, y todos, aunque sean más jóvenes y tengan la profesión que tengan, me pueden enseñar porque estén llenos de amor. No miremos con prejuicios y aceptemos a todos, sea quien sea, pues tú, Señor, me puedes hablar mucho en ellos y por ellos, porque la sabiduría, que es tuya, de ti viene. Que no tenga prejuicios, todos son tus hijos y todos hemos de ir enseñándonos, pues tu amor, tus dones, tu luz no podemos esconderla bajo el celemín, sino ponerla sobre el candelabro para alumbrar a todos mis hermanos los hombres, sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes
30/ene
2 Sam 18, 9-10.
14b. 24-25a. 31 — 19, 3. ¡Hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera haber muerto
en tu lugar!
Sal 85. Inclina tu oído, Señor, escúchame.
Mc 5, 21-43. “Una mujer que padecía flujo de sangre… acercándose por
detrás, entre le gente, le tocó el manto, pensando: «con solo tocarle el manto
curare»… «Talitha qumi» (que significa:«Contigo hablo, niña, levántate»”.
A eso has venido al mundo, a curarnos, a curarme de toda clase de dolencia, incluso a darme vida cuando, por el pecado, estoy muerto, perdonándomelos. Pero hoy, en el relato, “a ti te digo niña” que aquella mujer, la del flujo de sangre, te ha quitado, también a tu padre, el protagonismo. Tu milagro es más grande, más importante, pero su fe y su humildad son inmensa, ni siquiera se atreve a ir por delante y piensa que con sólo tocarte el manto será curada, y bien que lo sabía, y bien que te conoce, fue lo que le ocurrió y, aunque te apretujaban, pues eran muchos los que allí estaban, notaste que había salido de ti una fuerza, el amor. Señor, ¿qué has de curarme a mí que no sólo toco tu manto, sino que eres tú, quien en la comunión, me tocas todo entero y no el borde sino por dentro? Gracias, Señor, porque me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 29/ene
2 Sam 15, 13-14.
30; 16, 5-13a. Huyamos
ante Absalón. Dejad que Semeí
me maldiga, si se
lo ha ordenado el Señor.
Sal 3. Levántate, Señor; sálvame.
Mc 5, 1-20. “«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el
Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti». El hombre se marchó
y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él …”.
Y a mí, que me has hecho tanto bien, no puedo más que ir por la Decápolis diciéndoles a todos lo que has hecho en y por mí. Los de aquella región antepusieron lo económico a la curación de una persona, por eso rogaban que te marcharas de allí, ¡Señor, que nunca quiera que te marches y te alejes de mí! El curado, por el contrario, quería seguirte, pero le señalaste su vocación, la de la santidad en sus ambientes, en donde vivía, entre su familia y amigos: “vete a casa con los tuyos y anúnciales la buena nueva”. Es ahí adonde nos llamas y no quieres, Señor, y es ahí donde quieres que seamos fieles, ¡no endurezcamos nuestro corazón y seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 1, 21b-28
En
la ciudad de Cafarnaún, y el sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar;
estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como
los escribas.
Había
precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso
a gritar:
«¿Qué
tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con
nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús lo increpó:
«¡Cállate
y sal de él!»
El
espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió
de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué
es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los
espíritus inmundos y .lo
obedecen». Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la
comarca entera de Galilea.
Mc
1,21b-28: “Estaban
asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los
escribas”.
No a la fuerza, y diciendo lo que luego no hacen ni están dispuesto a ayudar poniendo un dedo. Tú, por el contrario, dices lo que vives y vives lo que crees, tampoco te dejas adular por las palabras embusteras de los espíritus inmundos. Tú, Señor, como dice el Papa Francisco, “nos primereas”, porque antes has vivido lo que dices, y cuando yo voy tú ya vienes a mi poniendo no sólo el dedo sino tu espalda para cargar con mis propios pecados, y los de todo el mundo. De ahí mi asombro ante tus enseñanzas y tus palabras, de ahí tu autoridad, porque vives lo que dices. No eres un embaucador sino un hombre de verdad en quien no hay ni doblez ni engaño. Eres sincero y coherente y, además, me amas con locura, por eso soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
III semana del Tiempo ORDINARIO
Sábado
27/ene
2 Sam 12, 1-7a.
10-17. He pecado contra el Señor.
Sal 50. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
Mc 4, 35-41. “Él
estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»…”.
Estás cansado y duermes, y lo haces en un lugar incómodo y con un fuerte viento que hace chocar a las olas contra la barca, pero tú duermes porque sabes que Dios Padre sostiene la barca, es muy hermoso el dibujo de Fano de hoy, y esto es lo que me quieres enseñar, que no he de temer a nadie ni a nada, que tu vas conmigo en la misma barca, en la de la Iglesia y, también, vas en la mía, en mi vida. Y nada he de temer porque Dios Padre es el capitán de las dos, y poniendo mi confianza en Él, será quien la lleva a buen puerto por mucho que se levanten fuertes vientos y por muchas olas, que no faltarán, que choquen contra la Iglesia y contra mi vida, al final vendrá la calma y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María
El
Párroco
Viernes 26/ene
Santos Timoteo y Tito.
2 Tim 1, 1-8. Evoco el recuerdo
de tu fe sincera.
o bien: Tit 1, 1-5. A Tito, verdadero
hijo en la fe que compartimos.
Sal 95. R. Contad las
maravillas del Señor a todas las naciones.
Mc 4, 26-34. “Con que podemos comparar el reino de Dios?… con un
grano de mostaza… es la semilla más pequeña, pero después crece… echa ramas tan
grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra…”.
Y protegerse del calor y también del frío y de la lluvia. Señor, que, guiado por tu palabra y tus sacramentos, yo me haga la hortaliza más grande donde puedan cobijarse todos aquellos que lo necesiten, resguardándose del calor y del frío, del sol y de la lluvia, ayudándolos en sus necesidades, sobre todo, llevándolos a ti y dándoles el pan de tu palabra, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves
25/ene
Conversión de San Pablo
Hch 22, 3-16. Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando el nombre de Jesús.
o bien: Hch 9, 1-22. Allí se te dirá lo
que tienes que hacer.
Sal 116. R. Id al mundo
entero y proclamad el Evangelio.
Mc 16, 15-18. “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la
creación”.
Tú, porque has querido, me has llamado, como entonces a las Apóstoles, como a Pablo, para estar contigo, como ahora, es lo que estoy haciendo, y para una gran responsabilidad, proclamar tu Evangelio, como tú, no tengo otra misión que la de ir por todos los lugares, ambientes, en que me muevo y, con alegría, y con la vida, si hace falta también, con las palabras, y decirles a todos que tú eres el Señor, el Hijo amado de Dios, y que Dios es mi Padre que me quiere y al que puedo llamar así, “Abba” y que todos, sin excepción, también aquellos que me quieren mal, son mis hermanos, pues, hasta Pablo del que celebramos su fiesta hoy, y que fue un perseguidor, lo llamaste como “instrumento elegido” por ti para darte a conocer. Señor, que cumpla la misión que de ti tengo encomendada, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 24/ene
2 Sam 7, 4-17. Suscitaré
descendencia tuya después de ti y afirmaré su reino.
Sal 88. R. Le mantendré
eternamente mi favor.
Mc 4, 1-20. “Escuchad: Salió el sembrador a sembrar… el sembrador siembra la palabra… los otros son los que reciben la semilla en tierra buena, escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha…”.
Hoy no sólo me cuentas la parábola sino que, además, me la explicas y ¡qué añadir a tu explicación!, osado sería por mi parte. El sembrador es siempre el mismo: tú, Señor. Como también es la misma la semilla: tu palabra. Sólo el fruto es el que depende de la actitud del que escucha. Señor, que la acepte con alegría, es decir, como tierra buena y no me faltan razones para que sea así, ¡me has mimado tanto!, que no me queda más que dar fruto, aunque sólo sea el 10%. Ayúdame, Señor, se que me ayudas pues cuento con tu gracia, a que mi cosecha sea buena y abundante, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El
Párroco
Martes 23/ene
2 Sam 6, 12b-15.
17-19. David
y todo Israel iban subiendo el Arca del Señor entre aclamaciones.
Sal 23. R. ¿Quién es
ese Rey de la gloria? Es el Señor.
Mc 3, 31-35. “Estos son mi madre y mis hermanos. El que hace la
voluntad de Dios”.
Gracias, Señor, por ampliar tu familia a los que no son solo de sangre o raza, ahora somos también de ella los que creemos en ti y cumplimos la voluntad de nuestro Padre Dios. Pero no basta con decir “Señor, Señor”, como bien claro lo has dicho, sino que he de cumplir su voluntad, así soy tu hermano, tu hermana, tu madre. Maria, lo fue por cumplir su voluntad: “Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según su palabra”. Si yo cumplo tu palabra seré, también, tu familia y, además, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 22/ene
2 Sam 5, 1-7. 10. Tú pastorearás a
mi pueblo Israel.
Sal 88. R. Mi fidelidad
y misericordia lo acompañarán.
Mc 3, 22-30. “El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá
perdón jamás”.
No porque tú, Señor, no lo perdones, sino porque él niega lo evidente, ya que es el Espíritu Santo quien nos conduce a la verdad, e ir contra él es no querer conocer lo verdadero, es cerrar los ojos ante lo evidente, y no hay peor ciego que el que no quiere ver, y, al no ver, por no querer hacerlo, no pedirá perdón por creer que tiene la verdad, que está en lo cierto, era el pecado de los fariseos, ¡hay tantos fariseos hoy! En otras palabras, cree que no tiene pecados por lo que creerá que no tiene que pedir perdón y entonces no se le perdonará. Señor, yo si quiero que me envíes tu Espíritu, para que me ilumine y vea, y así conozca lo que hago mal y pueda pedir perdón siempre para ser perdonado, pues sólo siendo perdonado es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Después
de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio
de Dios; decía:
«Se
ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el
Evangelio».
Pasando
junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando
las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús
les dijo:
«Venid
en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes
y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
Mc 1,14-20: “Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «… convertíos y creed en el evangelio»”.
Comienzas, una vez bautizado por el Bautista, tu misión que no es otra que predicar el Evangelio, el de tu Padre Dios, llevado por el cumplimiento de su voluntad, y por tu amor a los hombres, nada más te mueve el amor. Y comienzas diciendo que me “convierta”, que cambie, que tome una nueva dirección y lo de hacer, no importa la edad que tenga, siempre, he de estar volviendo, una y mil veces, a ti, y he de creer no sólo en tu evangelio, sino, además, en que es “buena noticia”, por lo que merece la pena ser seguido y contado a los demás. Y esta misión tuya he de hacerla desenredándome de tantas redes como, a veces, me enredan y, como Simón y Andrés, dejarlas inmediatamente, o, como los hijos de Zebedeo, dejando familia para, inmediatamente, sin cortapisa alguna, irme contigo, así es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
II semana del Tiempo ORDINARIO.
Sábado
20/ene
2 Sam 1, 1-4.
11-12. 19. 23-27. ¡Cómo
han caído los héroes en medio del combate!
Sal 79. R. Que brille
tu rostro, Señor, y nos salve.
Mc 3, 20-21. “Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque
se decía que estaba fuera de sí”.
Expresión que tiene muchos sinónimos, no basta con decir que “estabas loco”, a mí me gusta más decir que estabas “entusiasmado” o “embelesado”. Y así es como estás siempre con nosotros los hombres. Hasta el punto que ni tiempo tenías para comer, no querías ni perder un segundo de estar con nosotros, conmigo, por eso tu familia vienen a buscarte, para que descanses y comas un poco, pero no entienden, no se dan cuenta que “tu alimento, tú mismo los has dicho en alguna ocasión, es cumplir su voluntad”. Gracias, Señor, por querer estar, constantemente, conmigo, por estar “entusiasmado” escuchando mis proyectos, que no son otros que intentar, como tú, aunque con muchas equivocaciones, cumplir la voluntad del Padre, y “embelesado” mirándome con la alegría con que te los cuentos, por lo que soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz sábado día de la Virgen.
El
Párroco
Viernes
19/ene
San Juan de
Ribera.
1 Sam 24, 3-21. No alargaré la mano contra él, pues es el ungido del Señor.
Sal 56. R. Misericordia,
Dios mío, misericordia
Mc 3, 13-19. Llamó a los que
quiso para que estuvieran con él.
El
Párroco
Jueves
18/ene
OCTAVARIO DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
18 - 25 ENERO
1 Sam 18, 6-9; 19,
1-7. Mi
padre busca el modo de matarte.
Sal 55. R. En Dios
confío y no temo.
Mc 3, 7-12. “Todos los que sufrían de algo se le echaban encima
para tocarlo”.
Gracias, Señor, porque siempre estás dispuesto al perdón y a la misericordia. ¡Eran tantos los que acudían a ti! Y tú siempre amable y acogedor. Gracias, Señor, por tu gran amor, por eso en ti confío y no temo. Dice hoy, el evangelio que se te echaban encima para tocarte, yo, que gran suerte la mía, no soy quien me echo encima tuya, sino que eres tú, de aquí a un rato lo harás, quien entras dentro de mi, en la comunión, y me tocas todo entero por dentro, pero no me pidas que me calle, era tu secreto mesiánico cargado de humildad, pues no querías el aplauso sino que alabaran a Dios Padre, yo si quiero hablar y decirlo a voz en alto lo grande que eres conmigo, además, yo si se que eres Dios y por eso quiero, darte gracias, amarte y alabarte, pues es así como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 17/ene
San Antonio abad.
1 Sam 17, 32-33.
37. 40-51. Venció
David al filisteo con una honda y una piedra.
Sal 143. R. ¡Bendito el
Señor, mi alcázar!
Mc 3, 1-6. “¿Que está permitido en sábado? ¿Hacer lo bueno o lo malo?… Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano…» Su mano quedó restablecida”.
El Párroco
Martes
16/ene
1 Sam 16, 1-13. Samuel ungió a
David en medio de sus hermanos y el espíritu del Señor vino sobre él.
Sal 88. R. Encontré a
David, mi siervo.
Mc 2, 23-28. El sábado se hizo
para el hombre y no el hombre para el sábado.
El Párroco
Lunes 15/ene
1 Sam 15, 16-23. La obediencia vale
más que el sacrificio. El Señor te ha rechazado como rey.
Sal 49. R. Al que sigue
buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Mc 2, 18-22. “Los discípulos de Juan y los discípulos de los
fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?
Todavía, también hoy, muchos, no se han dado cuenta que tú, Señor, has traído una religión nueva, y que no se trata tanto de hacer y cumplir preceptos sino de amar. Que me has traído vino y odres nuevos, y no puedo seguir echado tú nuevo vino en odres viejos. Que tu religión consiste en adherirme a ti, y en comprometerme contigo y por ti con los demás, no tanto realizando sacrificios y holocaustos, sino dándote mi corazón contrito y humillado y que he de estar alegre porque tú estás en mi. Que tu religión no consiste en cumplir preceptos sino en amar y servir a los demás y así, teniéndote en mi interior, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El
Párroco
Lectura del santo
Evangelio según san Juan 1, 35-42
En
aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que
pasaba, dice:
«Este
es el Cordero de Dios».
Los
dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al
ver que lo seguían, les pregunta:
«¿Qué
buscáis?» Ellos le contestaron:
«Rabí
(que significa Maestro), ¿dónde vives?» Él les dijo:
«Venid
y veréis».
Entonces
fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora
décima.
Andrés,
hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a
Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
«Hemos
encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le
quedó mirando y le dijo:
«Tú
eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)».
Jn 1,35-42: “Estaba Juan con dos de sus
discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de
Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús…”.
Y,
ellos, que fueron pescados por tu amor, se convirtieron en pescadores, así
Andrés se lo comunicó a Simón su hermano: «Hemos encontrado al Mesías…». «El
Cordero…», les dijo Juan el Bautista, que carga con nuestros pecados y se los
presenta al Padre, haciéndote, Señor, sacerdote y víctima al mismo tiempo, para
que, el Padre, nos los perdone. Así, aquella enemistad de nuestros primeros
padres, en ti, Señor, nos hemos reconciliado, nos ha abierto el cielo, ya no
está lacrado, tenemos un camino para ir, tú, Señor, eres ese Camino. Y lo mismo
que hizo Juan el Bautista, después Andrés, más tarde los demás, no he de tener
otra misión que la de acercarte a otros a ti, ponerlos frente a ti, para que tú
les puedas decir: «venid y lo veréis», y así, con esa misión, seré y viviré
feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El
Párroco
PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Primera semana del Salterio
Sábado
13/ene
1 Sam 9, 1-4.
17-19; 10, 1a. Ese es el hombre de quien habló el Señor; Saúl
gobernará a su pueblo.
Sal 20. R.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
Mc 2, 13-17. “Al
pasar vio a Levi, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le
dice: «Sígueme»…”.
Y bien sé de las críticas de los “buenos”, de los escribas de los fariseos, de comer con pecadores y publicamos. Pero Levi, que era eso a los ojos de los fariseos, te siguió, no ellos. De ahí esa hermosa sentencia tuya:”no he venido a llamar a los justos sino a lo pecadores”. Pues sabiendo que solo “uno es bueno, Dios”, no hubieras llamado a nadie, ¿porque quien no es pecador? Gracias, Señor, porque yo si te necesito como médico que eres de almas, pues yo si soy enfermo, soy pecador, para que me sanes y me perdones siempre, y por eso te sigo, porque, contigo, soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Por Javier, Kevin e Iván que hoy dejan también su mostrador de impuestos. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes
12/ene
1 Sam 8, 4-7. 10-22a. Os quejaréis a causa del rey, pero el Señor no os responderá.
Sal 88. R.
Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Mc 2, 1-12. “Para que veáis que Hijo del hombre
tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —dice al
paralítico—:«…levántate, coge tu camilla y vete a casa»”.
Hermosa escena, Señor, la que me presentas hoy para mi oración. Hoy no es la fe del paralítico la que te conmueve para hacer la curación sino la de sus amigos, que hacen lo posible e imposible, hasta un boquete en el techo para descolgarlo, y ponerlo frente a ti. Y tú, Señor, que quieres curar al hombre total comienzas perdonándole sus pecados, lo que hace murmurar a los fariseos, y con su sanación física, les muestra que tienes esa autoridad. Señor dos cosas quiero pedirte hoy en mi oración: que me sanes totalmente, también mis pecados, siempre, se que lo haces, y que me des grandes amigos que me lleven siempre a ti y que yo lo sea para otros, así seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes y que recemos por los tres diáconos que mañana serán ordenados presbíteros en nuestra Diócesis: Iván, Javier y Kevin. 🙏.
El
Párroco
Jueves
11/ene
1 Sam 4, 1b-11. Israel
fue derrotado y el Arca de Dios fue apresada.
Sal 43. R.
Redímenos, Señor, por tu misericordia.
Mc 1, 40-45. “Se acercó a Jesús un leproso,
suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido, extendió
la mano y lo tocó…”.
“Si quieres, Señor…”, y claro que quieres porque “me” quieres y te compadeces, sientes lástima, de quien te pide con humildad. “De rodillas”, así me quieres y me lo demuestras extendiendo tu mano y tocándome, no te importan ni mis lepras, ni mis impurezas, tú, Señor, me tocas siempre, y no sólo me tocas, sino que entras en mi al comulgar, y me dices: “quiero” porque te quiero y es, así, como me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El
Párroco
Miércoles 10/ene
1 Sam 3, 1-10.
19-20. Habla, Señor, que tu siervo escucha.
Sal 39. R.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Mc 1, 29-39. “Se levantó de madrugada, se marchó al
descampado y allí se puso a rezar”.
Somos invitados, dirá el Papa Francisco, “a cultivar la cercanía con Dios”, es de esta intimidad, donde tú, Señor, sacabas fuerzas para predicar tu reino y curar a los enfermos, para atender a tantos como te llevaban. Es lo que nos dice el evangelio de hoy, te fuiste, muy temprano al descampado para “cultivar esa cercanía”, y es en cercanía de donde sacabas las fuerzas para tu misión, y es ahí, de esa intimidad de donde, yo también, puedo sacar las fuerzas para mi ministerio. No puedo, no podemos, vivir la oración como un mero deber, continúa diciendo el Papa, “olvidando que la amistad y el amor no pueden imponerse”, sino que ha de ser una elección fundamental de mi corazón y, simplemente, porque eres mi Padre, y, por tanto, he de estar, como hijo que soy, cercano a ti, como mi Padre que eres, y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
Martes 9/ene
1 Sam 1, 9-20. El Señor se acordó de Ana, y dio a luz a Samuel.
Salmo: 1 Sam 2, 1. 4-8. R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Mc 1, 21b-28. “Estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas”.
Estos enseñaban a la fuerza, tú, Señor, con amor y con tu ejemplo, con tu vivencia, y no, como los escribas, imponiéndose, sino mostrándome porque, primero tú, lo has vivido, el camino que he de tomar porque tú mismo, antes, lo has andado, y es que, como le gusta decir al Papa Francisco, con sus “palabrejas” que él mismo ha sacado, “nos primereas”, y cuando yo quiero ir, tú, Señor, ya vienes de vuelta. Gracias, Señor, por enseñarme de esta manera, primero haciendo, y después diciendo, que yo aprenda de ti para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Buen martes.
El Párroco
Lunes 8/ene
1 Sam 1, 1-8. Su
rival importunaba a Ana, pues el Señor la había hecho estéril.
Sal 115. R.
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Mc 1,14-20: “Jesús
les dijo: «Venid en pos de mi y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente
dejaron las redes y lo siguieron”.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1,
7-11
En aquel tiempo, proclamaba
Juan:
«Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio
rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una
voz desde los cielos:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco»
Mc 1,7-11: “Tú eres
mi Hijo amado, en ti me complazco”.
Gracias, Señor, por someterte, como
cualquier otro, al bautismo dé Juan, cuando tú no tenías necesidad de hacerlo,
pues eres igual a mi menos en el pecado. Hoy, con el bautismo, comienzas tu
vida pública, tu misión: “hacer el bien y anunciar tu reino”, y lo haces porque
te dejas llenar del Espíritu de Dios, quien será el que te lleve a cumplir, en
todo momento, la voluntad del Padre, por eso, escuchamos hoy, y siempre, que
eres “su Hijo amado, el que le causas pleno agrado”. Señor, que en ti, también
yo sea su hijo amado y, ojalá, que con mi conducta, palabras y obras, yo,
también, le cause agrado al Padre, cumpliendo como tú, Señor, su voluntad, para
ello me he de dejar llenar y conducir del Espíritu Santo, así seré y viviré
feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El
Párroco.
Sábado
6/ene
Epifanía del Señor.
Is 60, 1-6. La
gloria del Señor amanece sobre ti.
Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos
los pueblos de la tierra.
Ef 3, 2-3a. 5-6. Ahora
ha sido revelado que los gentiles son coherederos
de la promesa.
Mt 2, 1-12. “¿Dónde
está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y
venimos a adorarlo”.
El Párroco.
Viernes
5/ene
1 Jn 3, 11-21. Hemos
pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.
Sal 99. Aclama
al Señor, tierra entera.
Jn 1, 43-51. “Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un
israelita de verdad, en quien no hay engaño»”.
Sigue dándose la cadena de llamadas, una vez que tú, Señor, llamas a Felipe, este se lo comunica rápidamente a su amigo Natanael, quien en un primer momento responde que como de Nazaret va a salir algo bueno, pero, así y todo, va al encuentro contigo, y escucha lo que dices de él. Ojalá, Señor, dijeras lo mismo de mi:«ahí tenéis a un extremeño, a un hombre de verdad, en quien no hay engaño”. ¡Cómo te gusta la autenticidad, Señor! Que no haya en mi doblez, que sea sincero y veraz, es lo que fuiste durante toda tu vida, así, siendo como tú, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves
4/ene
1 Jn 3, 7-10. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.
Sal 97. R. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Jn 1, 35-42. “Ven y lo verás». Entonces fueron,
vieron donde vivían y se quedaron con él aquel día, era como la hora décima… Andrés…
se encuentra primero a su hermano Simón y… lo llevó a Jesús”.
Yo hoy también te vuelvo a preguntar dónde vives para volver, otra vez más, a renovar mi seguimiento, y es que, desde entonces me sedujiste, Señor, y me deje seducir. Como ellos también recuerdo la hora. Y, como ellos, he de llevarte a otros muchos a ti, es mi misión. Andrés llevó primero a su hermano, y así hicieron una cadena de favores, y como Andrés, unos fueron llevando a otros. Eran tan felices que no dejaban de comunicárselo a sus conocidos. Que yo, que también soy feliz, no deje de comunicárselo a otros para también ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 3/ene
SANTÍSIMO NOMBRE DE
JESÚS
1 Jn 2, 29 — 3, 6. Todo el que permanece en él no
peca.
Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la
salvación de nuestro Dios.
Jn 1, 29-34. “Yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”.
Tú eres la víctima, el Cordero que viene a quitarnos el pecado, es el testimonio que nos trae hoy Juan el Bautista. Eres el que bautizaras en el Espíritu, y termina diciéndome Juan que él te ha visto y que eres el Hijo de Dios. ¿Cuántas veces te he visto yo también, Señor? Por eso, no me queda más que, como él, dar testimonio y decirles a todos que tú eres el Hijo de Dios y que has asumido mi naturaleza para hacerme a mí partícipe de la tuya, que ahora “soy hijo de Dios”, por eso lo puedo llamar Padre, como me dice Juan en su 1ª carta, pero que cuando se me manifieste del “todo, seré semejante a Él, al Padre, porque lo veré tal y cual es”, mientras, al ser en ti, Señor, también su hijo amado y viviendo como tal, me hace ser y vivir fe.
El
Párroco
Martes
2/ene 2ª semana de Navidad.
1 Jn 2,
22-28. Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros.
Sal 97. Los confines de
la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Jn 1, 19-28. “En medio de
vosotros hay uno que no conocéis… al que no soy digno de desatar la correa de
la sandalia”.
Humildad de Juan Bautista, a él acudía mucha gente, pero ni presumía ni buscaba alago humano, sólo pretendía mostrarte como “el cordero que quitas el pecado del mundo”. Lo afirma claramente: “no soy el Mesías”, y dice que ya estás en medio de nosotros pero que no te conocemos, hoy tampoco muchos te conocen, y, aunque yo, tampoco soy digno de desatarte la sandalia, he de mostrarte a la gente con mi vida, también con mis palabras, pero desde la humildad y la alegría, pues solo he de ser, aunque pobre, tu mensajero, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El
Párroco
Lunes 1/ene
Santa María, Madre de Dios,
Núm. 6, 22-27. Invocarán
mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré.
Sal 66. R.
Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
Gal 4, 4-7. Envió
Dios a su Hijo, nacido de mujer.
Lc 2, 16-21. “María conservaba todas estas cosas meditándolas
en su corazón”.
Padre, gracias por ponerme, al comenzar el año civil, esta fiesta de tu madre, como lo que es “la madre de Dios”, porque así me indicas por dónde he de ir, el camino más corto para llegar a ti, si la sé escuchar, pues siempre me dice que: “haga lo que él, Jesús, me diga”. Pudiste hace la redención, Padre, de muchas maneras, sin embargo, “al cumplirse la plenitud del tiempo me enviaste a tu Hijo nacido de mujer”, lo hiciste en todo igual a mi, menos en el pecado, por eso no puedo más que darte gracias, Padre, y devolverte amor a tanto amor como me has tenido, y al comenzar el año, te pido para los míos, para todos, que cumplamos tu voluntad y que nos otorgues tu bendición: “muéstranos tu rostro, Señor, y concédenos la paz “, así seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz Año.
El Párroco
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 2, 36-40
Cuando se cumplieron los días de la purificación, según
la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.
Como todo niño y como toda familia, no hacían nada extraordinario, pero si es verdad que hacían extraordinariamente bien las cosas sencillas de cada día buscando cumplir la voluntad de Dios y buscando agradar y ponerse al servido cada uno de los demás miembros de la familia. Y es que es en esas cosas sencillas de cada día donde hemos de santificarnos. Por eso, Nazaret ha de ser modelo de nuestras familias, porque, sobre todo, “se revistieron de amor, que es el vínculo, nos dice San Pablo, de la unidad consumada”, y esto es lo que los hacía ser felices y es en lo que son modelos. Estas son las claves y esto es lo que pido, no solo para mí, sino para todas las familias de la parroquia: “que cumplamos en todo momento, Padre, tu voluntad y que nos revistamos de amor”, y que trasmitamos, es decir, nos hagamos testigos de nuestra fe y nuestro amor a Ti, Señor, así, seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz entrada de año y feliz día de la familia.
COMIENZA EL TIEMPO DE NAVIDAD Y LA OCTAVA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Sábado
30/dic
1 Jn 2, 12-17. El
que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Lc 2, 36-40. “Había una profetisa,
Ana…presentándose en aquel momento, alababa también a Dios, y hablaba del niño
a todos… Cuando cumplieron todo, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su
ciudad de Nazaret…”.
Ese ha de ser también mi fin, el mismo que el de la profetisa Ana, alabarte y, porque te quiero, hablar de ti a todos para, a pesar de mi pobreza, darte a conocer. Después, dice el evangelista volviste a tu ciudad, ya no se dice nada más de ti hasta que comienzas tu vida pública, para que aprenda que la santidad consiste en hacer bien las cosas pequeñas de cada día y, como dice san Juan en su primera carta: “caminar como tú, Señor, caminaste”, que san Pedro lo define en: “paso por el mundo haciendo el bien”, así es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes
29/dic
1 Jn 2, 3-11. Quien
ama a su hermano permanece en la luz.
Sal 95. Alégrese el cielo,
goce la tierra.
Lc 2, 22-35. “Mis ojos han visto a tu Salvador… luz
para alumbrar a las naciones…”.
Son unas frases del canto del anciano Simeón bendiciéndote, cuando a los ocho días tus padres van al Templo a presentarte al Padre, según ley judía. Y anuncia que eres la luz que alumbras a todas las naciones, llegando a decir que ya se puede ir en paz porque sus ojos te han visto. San Juan, también decía en su prólogo que eras esa luz pero, muchos, no te han recibido. Ilumíname, Señor, para que yo, iluminado por ti, ilumine el camino a otros y den gloria a Dios Padre, y se que estoy ilusionado si, como dice san Juan en si 1ª carta, “amo al hermano, si lo aborrezco, camino en tinieblas con el riesgo de tropezar”. Señor, yo, como Simeón, te he visto, que otros, por mi, te vean para que seamos y vivamos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El
Párroco
Jueves 28/dic
Los Santos Inocentes.
1 Jn 1, 5 — 2, 2. La sangre de Jesús
nos limpia de todo pecado.
Sal 123. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.
Mt 2, 13-18. “Levántate, toma al niño y su madre y huye a Egipto;
quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para
matarlo”.
Y José como siempre, en sueños, obedeció al ángel, y el niño sigue huyendo desde entonces, porque, desde entonces, buscan al niño para matarlo, y “huye de la sinrazón”, dice hoy el hermoso dibujo de Fano, de la sinrazón de las clínicas abortivas, y de las guerras a las que juegan los mayores, y de la pateras de emigrantes, en Egipto fuiste tú, Señor, emigrante, seguro que hoy querríamos echarte de nuestro país, porque, según algunos, vendrías a quitarnos el pan, y del hambre que se ceba en los más pequeños, y de las tratas de esclavos y de la venta de órganos, y de las enfermedades, y de las pederastias y de la pornografía infantil que mata a los niños, no es una fiesta para tomársela a broma, es muy seria. Es la muerte, hoy también, de tantos inocentes. Señor, con Fano, te pido que me hagas acogedor y que me hagas, sobre todo, hermano de todos para que hagamos un mundo más humano, más para ellos, más hermoso, hagamos ese mundo, y, así, seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El
Párroco
Miércoles 27/dic
San Juan, apóstol y
evangelista.
1 Jn 1, 1-4. Eso
que hemos visto y oído os lo anunciamos.
Sal 96. Alegraos,
justos, con el Señor.
Jn
20,1a.2-8: “El otro discípulo corría más que
Pedro, se adelantó y llegó primero al sepulcro…”.
El Párroco
Martes 26/dic
Hch 6, 8-10; 7,
54-59. Veo los cielos abiertos.
Sal 30. R.
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
San Esteban,
protomártir.
Mt, 10,17-22:”Seréis odiados por todos a causa de mi nombre, pero
el que persevere hasta el final, se salvará”.
Nunca se ha dicho que tu seguimiento sea fácil, Santa Teresa, con su habitual gracejo, llegó a decir que no le extrañaba que tuvieras tan pocos amigos. Hoy me dices que seré odiado, y como muestra san Esteban, mártir, porque hablaba, no él, sino el Espíritu por él, de y por ti, y, desde entonces, siempre se ha dado ese odio… en fin, al final se impondrá tu amor. Pero, también, es verdad que me profetizas la victoria a mi perseverancia, que es motivo de santidad, por eso, es mi oración de hoy, te pido perseverancia hasta el final, así, a pesar de incomprensiones y odios, contigo, y perseverando, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El
Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1. 1-18
En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba
junto a Dios, y el verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de
cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la
recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan:
éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran
por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre,
viniendo al mundo. El mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el
mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos
de Dios, a los que creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni
de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y
de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de
quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque
existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras
gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la
verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo unigénito, que
está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Natividad del Señor.
Jn 1,1-18: “Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron”.
Señor, que ni esté ciego ni cierre los ojos para no reconocer tu venida ni para no querer verte en tantos como hoy vienes. Que salga a tu encuentro pues eres la luz con tal que me deje, pues tú no me fuerzas, iluminar por ti que me quieres iluminar. Y te reciba, pues eres el dueño de esta casa y me das, si te recibo, el poder de ser, y en verdad lo sea, hijo de tu mismo Padre, Dios. Cómo me has querido que te has hecho carne para habitar en mi y en todos, y que al amarte a ti, ame a los demás, has tomado mi naturaleza para hacerme partícipe de la tuya y, así, ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz NAVIDAD 🎁🎄
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la
virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia,
dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el señor
está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas
palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado
gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le
dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre,
y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco
varón?». El ángel le contesto:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la
fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer
será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en
su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios
nada hay imposible». María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en
mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Lc 1,26-38 “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo…”.
Por fin, el niño prometido desde antiguo, para el que me
he estado preparando durante todo el adviento, nacerá de ti, madre, la pequeña
de Nazaret, vas a ser la madre de Dios, por quien se nos “revele el misterio
mantenido en secreto durante siglos eternos” (Rom 15,25), ya que, en ti, se
cumplirá la promesa hecha a David: “Tú casa y tú reino se mantendrán siempre
firmes ante mí, tu trono durará por siempre” (2 Sam 7,16), porque tu hijo,
madre, “será grande, se llamará Hijo del Altísimo”. Y, todo esto, porque el
Señor “se ha fijado en la humildad de su sierva”. Padre, que mi camino no sea
otro que el de María, el camino de los pequeños y sencillos, pues tú, Padre,
derribas del pedestal al soberbio y al poderoso, mientras que, el camino de
María, será el que me haga ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz
día del Señor.
El Párroco
TERMINA EL TIEMPO DE ADVIENTO
III SEMANA DEL TIEMPO ADVIENTO.
Sábado 23/dic
Mal 3, 1-4. 23-24.
Os
envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor.
Sal 24. R.
Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Lc 1, 57-66. Nacimiento
de Juan Bautista. “Él
pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre»”.
No podía tener otro nombre, porque él, el Bautista, iba a ser “el hombre fiel a Dios”. Señor, que yo, también, sea otro “juan”, que sea fiel a ti y con él, yo, también, te prepare un camino bueno, pues ya te acercas, eres mi liberación, estás al nacer y que, como él, “convierta el corazón de los padres hacia los hijos, y de estos hacia los padres” y, así, siendo testigo tuyo, con mis palabras y mis obras, sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El
Párroco
Viernes 22/dic
1 Sam 1, 24-28. Ana
da gracias por el nacimiento de Samuel.
Salmo: 1 Sam 2,
1-8. R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Lc 1, 46-56. “Proclama mi alma la grandeza del
Señor…”.
No es mi mayor regalo la lotería ni ningún bien de esta tierra, sino tú, Señor, y, en ti, tu madre, María. Y hoy leo y medito el canto de ella y, también, doy gracias a Dios y proclamo tu grandeza porque has hecho y haces proezas en mí y por mí. Que puedas mirar en mí, como en tu madre, mi humildad porque no quieres al soberbio al que dispersas de tu vista, ni al poderoso al que derribas de su pedestal, mientras que al humilde lo enalteces y al hambriento lo colmas de bienes. Señor que yo, también, tenga hambre de ti para que me colmes de lo único necesario, tú, pues eres el más grande de los bienes que pueda recibir, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El
Párroco
Jueves 21/dic
Cant 2, 8-14. He
aquí mi amado, llega saltando por los montes.
o bien: Sof
3, 14-18a. El rey de Israel, el Señor, está en medio
de ti.
Sal 32. R.
Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.
Lc 1, 39-45. ¿Quién
soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
El Párroco
Miércoles
20/dic
Is 7, 10-14. Mirad:
la virgen está encinta.
Sal 23. R.
Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.
Lc 1, 26-38. ” Alégrate llena de gracia, el Señor
está contigo”.
Porque eres pequeña, porque eres sencilla, porque ha mirado tu humildad, por todo ello eres la “Llena de Gracia”. Toda tú, madre, eres gracia, es tu nombre propio y por eso has de estar alegre, ¿ y como no lo vas a estar si el Señor está contigo? Señor, que también estés siempre en mi, para eso sé el camino a seguir, el de la pequeñez y saber acogerte en tu palabra y en tus sacramentos pero, sobre todo, en tus preferidos, así estarás conmigo y nacerás en mi, “que se haga en mi, también, tu palabra no queriendo ser más que tú siervo”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El
Párroco
Martes 19/dic
Jue 13, 2-7.
24-25a. El nacimiento de Sansón fue anunciado por
el ángel.
Sal 70. R.
Que se llene mi boca de tu alabanza, y así cantaré tu gloria.
Lc 1, 5-25. ”No temas Zacarías, porque tú ruego
ha sido escuchado…”.
El Párroco
Lunes 18/dic
Jer 23, 5-8. Daré
a David un vástago legítimo.
Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz
abunde eternamente.
Mt 1, 18-24. ”José, hijo de David, no temas acoger
a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo…
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel…”.
“No temas”, son las mismas palabras que le dice el ángel a María, “no temas” José porque tú también has encontrado gracia ante Dios, y, porque eres justo, haces lo que tienes que hacer y, sólo cuando has decidido justamente, es cuando Dios, a través del ángel, te confirma lo que has de hacer y, te lo confirma en sueños, por eso el Papa te llama el hombre de los sueños, y eso, el que sea en sueños la confirmación, me descubre que, también la noche, es tiempo de oración y de salvación. Que yo te sepa escucharte, Señor, en todo momento, pues “ora coma, pasee, duerma, o cualquiera otra actividad” puedo estar en tu presencia y cumplir en todo momento tu voluntad (justo) y ponerla por obra, es así como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo
Evangelio según san Juan 1, 6-8. 19-28
Surgió
un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para
dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No
era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
Y
este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén
sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú
quién eres?»
Él
confesó y no negó; confesó:
«Yo
no soy el Mesías». Le preguntaron:
«¿Entonces,
qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo:
«No
lo soy».
«¿Eres
tú el Profeta?». Respondió: «No».
Y
le dijeron:
«¿Quién
eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿Qué dices
de ti mismo?»
Él
contestó:
«Yo
soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo
el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces,
¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les
respondió:
«Yo
bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene
detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto
pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
Jn 1,6-8.19-28:”¿Que
dices de ti mismo? Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad
el camino del Señor”»
Domingo de la
alegría, en todas las lecturas desborda esta, así el profeta dice que “desborda
de gozo en ti”, respondiendo con el salmo, tomado del Magnifica, que en boca de
tu madre dice: “Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”, para oírle a San
Pablo decir en la 2ª lectura, “Estad siempre alegres”. El cristiano siempre,
siempre, ha de estar alegre porque sabe que el final de la historia es tú
victoria, que, para nosotros consistirá en ser semejantes a ti, estar cara a
cara gozando de ti, aunque, como dice el refranero popular “la procesión vaya
por dentro”. En el Evangelio, hoy aparece la figura de Juan que nos habla de
humildad, no se presenta como alguien importante sino en relación a ti, porque
tú eres el centro de su vida, ojalá también lo fueras de la mía, y él dice que
es tu voz, pues sólo tú eres la palabra, voz que grita y habla de ti. Señor que
yo, también, sea tu profeta y te preste mi voz y mis obras para que, por ellas,
te conozcan, y esto lo haga desbordando de alegría, sólo así creerán en ti y yo
seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
II SEMANA DEL TIEMPO DE ADVIENTO.
Sábado 16/dic
Eclo 48, 1-4. 9-11b. Elías volverá de nuevo.
Sal 79. Oh,
Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Mt 17, 10-13. “Elías
ya ha venido y no lo reconocieron.”
Tampoco te reconocieron a ti. Señor que eso no me ocurra a mí, que sepa leer los signos de los tiempos y a tantos como me mandas para que lo sepa hacer. Él, Juan, predicó lo que Dios Padre le había mandado decir, y lo hizo con gran valentía, ante gente importante y gente sencilla, y me anunció que el reino ya estaba cerca, eras tú. Y, también, me dijo que no era digno de desatarte las correas de tú sandalias, humildad de Juan, y esa a de ser mi actitud para encontrarme contigo que vienes. Que yo, Señor, sea un anunciador de tu mensaje, sin más pretensión que él que te conozcan, no dándome de protagonista, que yo mengüe para que tú crezca y así te conozcan a ti y solo a ti, y lo haga con mi vida y con mis palabras, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto.. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 15/dic
Is
48, 17-19. Si hubieras
atendido a mis mandatos.
Sal
1. El que te sigue,
Señor, tendrá la luz de la vida.
Mt
11, 16-19. “¿A quién compararé esta generación…”.
El
Párroco
Jueves
14/dic
Is
41, 13-20. Yo soy tu
libertador, el Santo de Israel.
Sal
144. El Señor es clemente y misericordioso, lento
a la cólera y rico en piedad.
Mt
11, 11-15. “El más pequeño en el reino de los cielos es más grande que
él”.
El
Párroco
Miércoles 13/dic
Is 40, 25-31. El Señor todopoderoso
fortalece a quien está cansado.
Sal 102. Bendice, alma mía, al Señor.
Mt 11, 28-30. "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”.
El Párroco
Martes 12/dic
Is 40, 1-11. Dios consuela a su pueblo.
Sal 95. Aquí está nuestro Dios, que llega con fuerza.
Mt 18, 12-14. ”Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños”.
El Párroco
Lunes 11/dic
Is 35, 1-10. Dios viene en persona y os salvará.
Sal 84. He aquí nuestro Dios; viene en persona
y nos salvará.
Lc 5, 17-26. Hoy
hemos visto maravillas.
Es lo que decían la gente al ver cómo curabas, por compasión, a un paralítico que llevaron en su camilla cuatro amigos, que buenos amigos, esos amigos los quiero yo, que hicieron lo imposible para ponerlo delante de ti, lo descolgaron, haciendo un hueco, desde el tejado. Pero eso no sólo fue entonces, hoy también sigues haciendo maravillas, yo también las he visto, las sigo viendo y, por ti, yo mismo las hago, pues perdono, no yo, sino tú en mi, a los pecadores que se acercan al sacramento de la penitencia, y les doy de comer tu palabra y tu cuerpo, no yo, sino tú en mi, a los que se acercan a la Eucaristía. Esto es hacer maravillas, y las haces tú en y por mí, por eso no puedo más que alabarte y darte gracias y, con María, “proclamar desde mi alma tus grandezas porque haces maravillas”, por eso soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura
del santo evangelio según san Marcos 1, 1-8
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como
está escrito en el profeta Isaías:
«Yo envío mi mensajero delante de ti, en cual preparará
tu camino; voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”»;
se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de
conversión para el perdón de los pecados Acudía a él toda la región de Judea y
toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus
pecados. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la
cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba:
«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no
merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado
con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
Mc 1,1-8. “Preparad
el camino del Señor, enderezad sus senderos”.
El evangelista cita, hoy, al profeta Isaías, que habla de prepararte, Señor, tú camino. Tanto uno como el otro hablaban de tu primera venida, y yo he tener el mismo papel que ellos, y prepararte el camino para tu segunda venida, al final de los tiempos, también, y ahora, he ser tu heraldo, tu mensajero para los que aún no te conocen, y he de “abajar” lo elevado, es decir, siendo humilde, “enderezando” lo que pueda tener de torcido, es tanto, en mi conducta, e “igualando lo escabroso”, haciéndome igual a todos, pues todos somos hermanos, es más, he de tener por superiores a los demás, haciéndome uno con todos para ganar a algunos. Así, como dice San Pedro, y él si habla de la segunda venida, Dios Padre me encuentre en paz con Él, y así salga animoso a tu encuentro, Señor, y “me encuentres intachable e irreprochable”, pero, mientras, aquí y ahora, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz Domingo de Adviento, a encender la segunda vela de la corona de Adviento.
El
Párroco
I semana del Tiempo de ADVIENTO.
Sábado
9/dic
Is 30, 19-21.
23-26. Se
apiadará de ti al oír tu gemido.
Sal 146. R. Dichosos los
que esperan en el Señor.
Mt 9, 35 - 10, 1.
5a. 6-8. “Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas,
«como ovejas que no tienen pastor»”.
Pero yo si tengo pastor, y no uno cualquiera sino a ti, Señor, que ni me dejas ni me abandonas, que no pones cargas pesadas sobre mí, pues tu yugo es llevadero y tu carga ligera y así no estaré extenuado, sino, todo lo contrario, encontraré descanso para mi alma. Y tampoco estoy abandonado, incluso cuando, por el pecado, me voy de ti, tú, Señor, sales a buscarme y no paras hasta encontrarme, me cargas sobre tus hombros y me conduces a buenos pastos y fuentes frescas, por eso puedes pedirme, y lo haces, que te ayude a recoger tu mies que es abundante, y es ayudándote como seré y viviré feliz y de. X todos y x todo y x tanto. Feliz sábado.
El Párroco
Viernes
8 de diciembre
INMACULADA
CONCEPCIÓN DE LA
BIENAVENTURADA
VIRGEN MARÍA
Gen 3, 9-15. 20. Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
Sal 97. R. Cantad al
Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Ef 1, 3-6. 11-12. Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
Lc 1, 26-38. ”He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra”.
Gracias madre porque en tu si humilde fuiste hecha madre de Dios y en tu Hijo y por tu Hijo “todos hemos heredado también” el ser hijos amados de Dios, y es por Jesús que nos hemos hecho partícipes de su naturaleza Divina. Camino distinto el que escogieron Adán y Eva, ellos, sin contar contigo Padre, “quisieron ser doses” y lo único de descubrieron “fue su desnudez”, su nada, y de pasear contigo, a la hora de la brisa, por el Edén, pasaron a esconderse de ti. Gracias, madre, por tu “fiat”, gracias, madre, porque desde entonces tengo un modelo al que imitar y un asidero al que agarrarme en los momentos difíciles y que me llevarás a él, “haciendo lo que Jesús me diga”, y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día madre.
El Párroco
Jueves
7/dic
Is 26, 1-6. Que
entre un pueblo justo, que observa la lealtad.
Sal 117. R. Bendito el
que viene en nombre del Señor.
Mt 7, 21. 24-27. ”No todo el que dice “Señor, Señor”
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre…”.
No basta tener palabras muy bonitas, a veces, que después se las lleva el viento, ni esas palabras zalameras que muchos usan para conseguir algo inmediato o para quedar bien, pero, después, si te he visto no me acuerdo. He de vivir la voluntad de nuestro Padre Dios, fue lo que me enseñaste, Señor, con palabras, así en la oración dominical: “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”, como con tu propia vida: “no sea como yo quiero, sino como tú quieres”, oración en Getsemaní. Es lo que me enseñó también tú madre, cuya fiesta de la Inmaculada celebraremos mañana:” Hágase en mí según tu palabra”, así ha de ser mi vida porque, de esta forma, estará construida en ti como mi roca y, por muchas, adversidades que me vengan, mi vida no se derrumbará, porque estará sostenida en ti y así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves.
El
Párroco
Miércoles 6/dic
Is 25, 6-10a. El Señor invita a
su festín y enjuga las lágrimas de todos los
rostros.
Sal 22. R. Habitaré en
la casa del Señor por años sin término.
Mt 15, 29-37. ”Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres
días conmigo y no tienen que comer”.
Y, hoy, es a mí a quien me lo dices, tú padeces con (compasión) los que carecen del pan material y, el otro que es más importante, del espiritual. ¡Hay tantos que carecen de tanto! Y me pides que ponga en común los dones, sean pocos o muchos, que tengo para que tú hagas el resto, dar de comer a la gente y, después, me los das a mí para que “dé pan a los que tienen hambre y hambre de ti a los que tienen pan”, ya que muchos lo que tienen es a ti y, me pides, que les dé el pan de tu palabra y de tu eucaristía, y, así, puedan ser y vivir, como yo, felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 5/dic
Is 11, 1-10. Sobre
él se posará el espíritu del Señor.
Sal 71. R.
En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.
Lc 10, 21-24. ”En
aquella hora Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo”.
Y tu alegría es porque Dios, en ti, se ha revelado no a los entendidos, “a los profesionales de la religión”, sino que tú, Señor, me has dado, nos has dado a conocer, que Dios es Padre de todos, es más, sobre todo, te has revelado a los sencillos y a los pequeños. Por eso soy, y muchos son, bienaventurado, “porque mis ojos han visto lo que muchos hubieran querido ver”, a ti, y “mis oídos oyen cada día lo que muchos quisieran oír y no lo oyen”, tu palabra. Gracias, Señor, por venir a todos y te pido, es mi oración de hoy, me enseñes a caminar por las sendas de la sencillez y de la humildad, para poderme encontrar contigo que vienes a mi encuentro, pues “el renuevo del que habla el profeta Isaías, ya ha brotado, ya ha florecido el vástago”, tú, Señor, que me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 4/dic
Is 2, 1-5. El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios.
Sal 121. R. Vamos
alegres a la casa del Señor.
Mt 8, 5-11. “Jesús le contestó: «voy a tu casa». Pero el centurión replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo»”.
Y ¿Quién es digno? Yo tampoco lo soy. Eres tan grande, aún hecho hombre, eres Dios. Tan inmenso y, sin embargo, has querido venir a mí. Te has hecho tan humano, pero sin dejar de ser Dios. El centurión, sin darse cuenta, te abrió la puerta de su corazón, llegando a decir que no habías visto, en todo Israel, una fe tan grande. Señor, que yo también te abra mi corazón con buenas obras, que salga como él a tu encuentro y cómo él te pida por tantos como te necesitan, yo el primero, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El
Párroco
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 13, 33-37
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad
atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es
igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus
criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad
entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o
a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga
inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo
que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Comienza el año litúrgico, el adviento, tiempo, Señor, de vigilar, y me vuelves a recordar, como ayer, cuando terminaba este, que he de estar atento porque no sé cuándo será el momento. Y aunque siempre estás viniendo en toda persona y acontecimiento, en la oración y en tus sacramentos, solo he de saber leer los signos de los tiempos, he de prepárame para tu segunda venida recordando la primera, cuando, realmente, “rasgaste el cielo y descendiste” (Is 63), y mientras, tiempo de adviento perpetuo, “he de tener el deseo, me recuerda la oración colecta de la Eucaristía de hoy, de salir a tu encuentro acompañado de buenas obras”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz tiempo de Adviento.
El Párroco